Cristianos en salida, santos del presente
33 cristianos en salida, santos del presente a Roma, en las que una frase se repite: “Una Iglesia con llagas no se pone en el centro, no se cree perfecta, sino que pone allí al único que puede sanar las heridas y tiene nombre: Jesucristo… Conocer a Pedro abatido para conocer al Pedro transfigurado es la invitación a pasar de ser una Iglesia de abatidos desolados a una Iglesia servidora de tantos abatidos que conviven a nuestro lado”. Francisco ve en la Iglesia una institución ensimismada, que se ha apartado de la presencia de Cristo en el seno del pueblo de Dios. Ha caído en lo que una vez describió a sus catequistas en Buenos Aires como “la eterna y sutil tentación del abroquelamiento y encierro para estar protegidos y seguros”. La palabra abroquelamiento es la misma que usó en su primera carta a los obispos de Chile en la que los convoca a Roma luego del informe de Mons Scicluna sobre la crisis de encubrimiento en la Iglesia ahí. En la carta escribe que, en tiempos de desolación, cuando estamos “asustados y abroquelados en nuestros cómodos ‘palacios de invierno’, el amor de Dios sale a nuestro encuentro y purifica nuestras intenciones para amar como hombres libres, maduros y críticos”. Es decir, la humillación, el fracaso, la pérdida de credibilidad, la vergüenza, son oportunidades para la conversión si nos abrimos a la misericordia que Dios está esperando a ofrecer. La primera fase de esa conversión es enfrentarse con la verdad, ver honestamente y en toda humildad los hechos, sin eufemismos. Fue el camino mismo del papa cuando volvió de Chile, el 19 de febrero, y envió a Mons. Charles Scicluna a Chile con la misión de escuchar con humildad a las víctimas. Volvió con un informe devastador que detalló “situaciones que no sabíamos ver y escuchar”, en las palabras del papa 4 . Después dio una serie de pasos importantes en respuesta al conocimiento: pidió perdón, acusándose a sí mismo; se encontró con las víctimas para también pedirles el perdón y buscar su consejo; convocó a los obispos a Roma para una reunión de tres días. Al final los obispos le ofrecieron sus renuncias y el papa iba aceptando varias de ellas, y en Chile se desencadenó una serie de dramáticos acontecimientos, porque la fachada se derrumbó. Pero todo comienza con el enfrentarse con la verdad. Otra cosa notable: el papa no busca chivos expiatorios. Aunque sí ha cambiado algunos obispos, sobre todo los implicados en el abuso o 4 Carta al Pueblo de Dios de Chile
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