Cristianos en salida, santos del presente

35 cristianos en salida, santos del presente todas lasmedidas que la intentaron silenciar: “clamor que el Señor escuchó demostrándonos, una vez más, de qué parte quiere estar”. El testimonio de las víctimas es la ocasión propicia de conversión y de renovación para una Iglesia que ha antepuesto la reputación institucional a la vida del Pueblo de Dios. Reconoce que la Iglesia institucional no puede garantizar su propia existencia. Vive a partir de Cristo, del Espíritu. “Solo cuando ella se alegra de su propia pobreza es libre para servir a Cristo y solo a Él.” 6 Una clave hermenéutica para entender la respuesta de Francisco a la crisis es la distinción que hizo como jesuita entre pecado y corrupción. El pecador sabe que está actuando mal y busca, tal vez no muy conscientemente, una salida. Por eso al pecador hay que ofrecerle misericordia, porque a través de un espacio de perdón incondicional puede encontrar esa salida. Pero los corruptos no ven su propio pecado. No están buscando una salida. Viven de la mentira. Justifican su conducta, o dejan de verla como mala, porque han llegado a creer solo en la imagen que quieren proyectar de sí mismos. En este caso, solamente una crisis puede sacarlos de su ceguera. En las vidas de los individuos, es la bancarrota, o el divorcio, o la llegada de los policías a la puerta. Se enfrentan con la verdad, y caen sus defensas. En su discurso a la Curia Francisco habló del rey David en el libro de Samuel, un «ungido del Señor» (cf. 1 S 16,13 - 2 S 11-12) quien “a pesar de ser un elegido, rey y ungido por el Señor, cometió un triple pecado, es decir, tres graves abusos a la vez: abuso sexual, de poder y de conciencia. Tres abusos distintos, que sin embargo convergen y se superponen.” Muestra cómo “la cadena del pecado se alarga como una mancha de aceite y rápidamente se convierte en una red de corrupción… De pecadores acaban convirtiéndose en corruptos.” Como saben, en la historia del rey David el que enfrenta al rey con la verdad es el profeta Natán que le cuenta una historia que hace caer los muros de la negación. En su discurso el papa dice que el papel de los medios en la crisis de abusos ha sido como el de Natán “al desenmascarar a estos lobos” y de dar voz a las víctimas. Hoy, dice, “necesitamos nuevos Natán que ayuden a muchos David a despertarse de su vida hipócrita y perversa” y para que la Iglesia pueda distinguir entre verdaderas y falsas 6 Hanvey, Guía de lectura

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