Cristianos en salida, santos del presente

54 actas del vii congreso católicos y vida pública de nobleza que establezcan diferencias aún dentro de una misma familia, la fraternidad viene a ser la solución salomónica que aporta Francisco de Asís. En esta nueva estructura de convivencia no hay mayores y menores, sino que todos son iguales, son hermanos y hermanas. No hay motivos de separación porque el fundamento evangélico de la fraternidad es el amor y el servicio recíproco. Hoy más que nunca hay la necesidad de promover los valores de la fraternidad. La sociedad de hoy insiste en la separación, en la desigualdad, en la diferenciación. Pero en el fondo se sabe que esta visión mundana no corresponde al proyecto de Dios y que Jesús enseñó, es decir, el amor, el cual Francisco presenta de modo concreto en la nueva relación construida en la fraternidad. 2. Constructores de la Paz. Francisco anima a los frailes a ser portadores de paz. En primer lugar, los enseña a resolver todo tipo de conflicto entre ellos y a vivir en paz. Se dice que no se puede dar lo que no se posee. Por eso es necesario que los hermanos puedan vivir la paz aún en situaciones de injusticia, de calumnias, de rechazos. La paz es un don de Dios, pero estamos llamados a pedir y a custodiar esta capacidad interior, este modo de ser y de estar en la vida. Los problemas ocurren, las enfermedades dolorosas atacan, los jefes molestos, los amigos desleales, los vecinos rumorosos y muchos otros que intentan quitar la paz interior. Francisco cultiva una fuerte relación con Dios e invita a los hermanos a orar siempre a Dios para que nos asista y nos ayude a ser hombres de paz. Porque “la misión de paz no se limita a un puro anuncio verbal: los frailes deben anunciar y proclamar la paz sobre todo a través de su comportamiento, con la cualidad de las relaciones entre ellos y con los otros”. 7 3. Una Iglesia que acoge y promueve la paz. La Iglesia ha puesto a san Francisco de Asís como el santo de la paz. Se celebra cada año la jornada mundial de oración por la paz y se lleva a cabo en la ciudad de Asís, por el significado que tiene este lugar y por la espiritualidad que todavía se respira cuando se camina por las calles de esta ciudad medieval de la región italiana de Umbría. En cierta ocasión, san Juan Pablo II le dijo a la comunidad de Asís: “El santo de Asís fue una muestra de la reconciliación entre los hombres. Su típico anuncio de «Paz y Bien», resonaba en todos los grupos sociales que muchas veces estaban en lucha entre ellos, como 7 Francesco D’Assisi: Un uomo di pace , P. 83

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