El desafío de una educación solidaria
101 el desafío de una educación solidaria Los jóvenes son especialistas en ello. Son capaces de trabajar, de esforzarse, de empeñarse, de emocionarse, de ayudar y de “pelear” por todo lo que crean que valga la pena, Hay entonces que mostrar, sin fisuras, la valía de la propuesta de la antropología cristiana, desde un punto de vista personal y social, y desde una perspectiva que integre lo temporal, lo cotidiano y lo trascendente. De tal manera que quieran hacer suya en perspectiva, la frase de san Pablo a Timoteo “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.” 14 . Ese es un proyecto a largo plazo, no inmediato, que requiere el esfuerzo de un día y otro, pero también en el que se van viendo los frutos y los logros. Es ahí donde debemos acompañar, para poder ayudar, para poder entusiasmarlos y entusiasmarnos con ellos. Hay que aprender con ellos de las caídas y aprender a levantarnos, como dice la invitación de la capilla de la Universidad. Una de las letras de Giovanotti dice ogni cicatrice e un autografo di Dio y eso es parte de la propia vida. La cuestión es querer vivirla, con más o menos cicatrices, pero con ellas, porque implica que las heridas, que también las hay porque ninguna vida es solo color de rosa, han curado y también nos hacen más fuertes. Hay que saber aprovechar el ideal que, en muchas ocasiones, mueve a los jóvenes. El título del Congreso nos muestra un desafío y una oportunidad que no debemos dejar pasar. Sigue siendo hoy una realidad el que esta solidaridad se comprueba de una manera acentuada en los jóvenes. Y la solidaridad no puede ser excluyente, sino integradora. No puede convertirse en una solidaridad de clase, porque entonces deja de ser solidaridad para convertirse en ideología. Busca mejorar las situaciones injustas y desarrollar una sociedad mejor. “Se manifiesta en primer lugar en la distribución de bienes y la remuneración del trabajo. Supone también el esfuerzo en favor de un orden social más justo en el que las tensiones puedan ser mejor resueltas, y donde los conflictos encuentren más fácilmente su solución negociada” 15 14 2 Timoteo 4:7 15 Catecismo de la Iglesia Católica, punto 1940
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