El desafío de una educación solidaria

111 el desafío de una educación solidaria a poco, las fichas del rompecabezas se van juntando, los huecos se van llenado, y el diseño aparece. Escribió una muchacha de 17 años: “Si las cosas fueran solamente lo que vemos, seríamos unos desesperados”. Es decir, si las cosas no fueran “chispas” del misterio, serían pesadas, aburridas, decepcionantes, desesperantes. Personalmente, la conciencia de que los estudiantes que tengo delante de mí, o el colega que encuentro en el pasillo, tienen un corazón y un destino transforma lo que veo: la pesadez de la clase de la tarde, las caras hundidas en el celular, el clima de aparente desinterés o dispersión. Hay que apostar por el corazón de la persona, por el corazón de mis estudiantes. el “caso lawrence” Voy a leer lo que escribió un estudiante (al que llamaremos Lawrence) en su tarea. La tarea consistía en decir cuáles eran, para cada uno, sus prioridades, es decir, las exigencias fundamentales de la vida. Lo esencial para mí en la vida sería, como para cualquier persona (y como discutido en la clase): comer, beber, protección… que es lo esencial para vivir. Ahora viene lo otro: Primeramente, verme bien físicamente ante las personas, para sentirme bien conmigo mismo y dejar una buena impresión en las personas, aunque no tenga ni un dólar encima. Segundo, el dinero; pues para mí el dinero es felicidad, pero lo miro más a fondo que otras personas, porque básicamente sin dinero no hay nada, ¡no se podría hacer nada!!! Yo personalmente quiero y voy a tener todos los placeres que la vida ofrece relativos al dinero, porque lo quiero todo. Mi vida ha sido muy sacrificada, aunque para otros ha sido más sacrificada aún, pero para lograr lo que he logrado y que me satisface, me he tenido que fajar. Yo quiero ser exitoso, porque ser el mejor en todo entre todos (específicamente en lo que hago) significa mucho para mí; me gusta sentir la sensación de hacer las cosas de esta manera, porque es un orgullo que tengo, propio porque así soy y me gusta distinguirme de los demás.