El desafío de una educación solidaria
Declaración conclusiva del VIII Congreso Católicos y Vida Pública Nosotros, los participantes del VIII Congreso Católicos y Vida Pública , reunidos en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico el 12 y 13 de febrero de 2020, bajo el lema “El desafío de una educación solidaria”, acogemos la invitación del santo padre Francisco y nos comprometemos con él en un nuevo pacto global por la educación. Reconocemos los retos que provocan la desigualdad, marginación y pérdida del sentido de la persona, de su dignidad y de la vida misma; así como la ruptura cultural y de época que enfrentamos y sus efectos de fragmentación y contraposición que retrasan el desarrollo y la consecución del bien común en nuestra sociedad. Reconocemos la necesidad de una educación, en y para la solidaridad, que sea capaz de reconstruir los vínculos personales y sociales y de transformar las estructuras de las que depende una adecuada convivencia que suscite paz, justicia e igualdad, desde la verdad. Una educación que se extienda a nuestra responsabilidad sobre la tierra como casa común a su cuidado y conservación. Constatamos la actual ruptura cultural que la postmodernidad y el transhumanismo provocan con los ideales de caridad y fraternidad que surgen del Evangelio, a la construcción del reino y a la vivencia plena del mandamiento nuevo del amor. Frente a ello, necesitamos recuperar una educación que ponga a la persona y a su dignidad en el centro, que revalorice el ser y sus capacidades y que dé respuesta a sus aspiraciones. Una educación basada en el acompañamiento desde la experiencia para transmitir los valores de equidad, justicia y empatía que provoquen una solidaridad genuina. Valores morales y culturales que superen las estructuras de descarte y marginación y susciten una verdadera cultura
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