El desafío de una educación solidaria

145 el desafío de una educación solidaria personas, su contemplación del sentido de la vida, de la belleza y de la armonía, es necesaria para una sociedad verdaderamente solidaria. Acogemos el llamado del papa Francisco a construir ese pacto desde la valentía. Valentía en responder a las inquietudes, dudas, frustraciones y exigencias, particularmente de los jóvenes. A identificar sus capacidades y orientarlas a descubrir el sentido verdadero de la existencia, de las ideas y de los valores que superan a las ideologías y a los cambios y que hacen posibles la estabilidad, el bien común, la subsidiariedad y el verdadero desarrollo. Valentía de saber que, como educadores formales e informales, estamos llamados a suscitar en ellos la corresponsabilidad por el mundo que los rodea y sus capacidades de generar transformaciones duraderas. Que lleguen a ser personas maduras capaces de generar relaciones que produzcan esa sociedad más fraterna. Este pacto educativo debe orientar la manera en que cada uno, haciendo uso de su libertad, acoge ese llamado a ser y a hacer con entrega y generosidad. A amar desde sus capacidades y a comprender que el éxito de la vida no está en los logros materiales que se obtengan, sino en darse por completo para lograr. No en entrar como piezas en el sistema que les rodea, sino en convertirse en agentes de verdadero cambio para la justicia, la paz y la acogida. Reconocemos la necesidad de anclarnos en Jesucristo, maestro por excelencia desde un encuentro verdadero con Él. En Él, Dios mismo sale a nosotros, se nos revela y se da a conocer de forma gratuita y amorosa. Invitados a entrar en comunión con Él, vemos la solidaridad, la forma de entrar en comunión los unos con los otros y, en esa experiencia, construimos juntos su reino, culmen de la vida y de la felicidad humana. Con María, primera discípula misionera y educadora, modelo de caridad solidaria, nos comprometemos con determinación firme y perseverante en este desafío de hacer posible una educación solidaria y para la solidaridad.