El desafío de una educación solidaria

26 actas del viii congreso católicos y vida pública santidad. El Concilio de Trento afirmaría que “la fe es el comienzo de la salvación del hombre, el fundamento y la raíz de toda justificación”. Como ha señalado recientemente un tratadista de alta espiritualidad, proclamar la llamada universal a la santidad no es proceder a una simple exhortación devota. Es más bien situar ante una realidad densa de contenido, cuya adecuada comprensión reclama profundizar en múltiples aspectos de la verdad cristiana, desde las relaciones entre Creación y Redención hasta la configuración de la Iglesia como comunidad que se estructura a través de una pluralidad de tareas y vocaciones. Con el permiso de Kant y sobre la idea de derechos fundados sobre una razón universal, el Occidente actual fundamenta la libertad sobre el relativismo de los valores, los derechos subjetivos y el principio de no discriminación. Perdura así el sueño moderno de la libertad como autodeterminación, desvinculado sin embargo de la razón y de cualquier reconocimiento de principios objetivos, naturales o racionales, sean los que sean. En el escenario actual, la respuesta no vendrá por la “vía breve”, meramente reactiva, sino por la “vía larga”, que no niega la exigencia de la libertad sino que la reconduce dentro de la relación con los otros; y que rescata la libertad del aislamiento individualista que, como una patología, caracteriza a un mundo sin vínculos, la sociedad líquida en la que estamos inmersos. Cuatro observaciones. 1. La primera observación se encuentra en el centro de la Evangelii Gaudium: en el mundo católico, la batalla por la defensa de los valores se ha convertido en algo tan prioritario que resulta ser más importante que la comunicación de la novedad de Cristo, que el testimonio de su humanidad. 2. Este cambio entre “antecedente” y “consecuente” pone de manifiesto la deriva “pelagiana” de una parte del cristianismo de hoy, la promoción de un cristianismo “cristianista” (en palabras de Remí Brague), privado de la gracia.