El desafío de una educación solidaria
91 el desafío de una educación solidaria clara de la tozudez de la realidad es que los vacíos tienden a llenarse. Cosa que debe valorarse positivamente, puesto que la alternativa es la nada. Pero habrá que ver cuál es el resultado de este proceso cuando una de las partes renuncie por sí misma a mantener lo que, a lo largo de la historia, la ha configurado como lo que es. O como lo que ha sido. Otro factor que va a ser fundamental en el cambio social nos remite a una de las revoluciones del siglo XX que se caracteriza por una serie de elementos muy peculiares. Mayo del 68 2 es una revolución que aúna distintas clases sociales, en las que tiene un papel predominante la juventud, y especialmente la universitaria, que apenas deja víctimas mortales y que va a tener unas consecuencias muy perdurables en el tiempo. Porque, junto a otras cosas, y por lo que nos interesa aquí, Mayo del 68 supone una revolución sexual. Una revolución que proclama una sexualidad libre, abierta, sin tabúes. Una revolución sin compromisos, con un claro proyecto, pero sin proyección, sin perspectiva de futuro, que produce por primera vez, a nivel social, una dicotomía entre sexualidad y maternidad. Esta parte del Mayo del 68 se alimenta, y a la vez sirve de alimento, a distintos feminismos, algunos de los cuales se van a ir radicalizando con el paso del tiempo hasta llegar a ser las propuestas que encontramos hoy. Son estos los que, muchomás allá de buscar una igualdad en derechos de hombres ymujeres, (en la que, todos coincidimos por otra parte, cuanto partimos de la igualdad esencial de los mismos —hombre y mujer—), pretenden un modo de ser mujer que solo se afirma en el desprecio a la maternidad y a la familia, en la promoción de esa sexualidad sin mayor compromiso que el deseo voluntario y más o menos momentáneo, e igualmente en la promoción del aborto como uno de los derechos propios de la mujer. Por supuesto, los derechos del hijo que se está gestando son ignorados y negados de manera absoluta y radical. Ícono de estos feminismos es la francesa Simone de Beauvoir. “No se nace mujer, llega una a serlo” 3 es uno de los mantras que el feminismo actual y la ideología de género repiten una y otra vez. Sin tener en cuenta, por supuesto, más que sus propios aprioris absolutos. 2 Mayo del 68: quizá por primera vez en la historia se manifiesta una fuerza revolucionaria creada por la abundancia y no por la penuria, una fuerza que no quiere morir por la revolución, sino vivir gracias a ella, que quiere cambiar el mundo y la vida, pero rechaza tomar el poder para hacerlo. Jacques Baynac. 3 Simone de Beauvoir, El segundo sexo, 1949.
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