El sistema de función pública en Puerto Rico: origen, esplendor, crisis y visión del futuro
33 el sistema de función pública en puerto rico: origen, esplendor, crisis y visión de futuro gobernantes el compromiso moral que deben tener en el ejercicio de sus funciones ministeriales (Núm. 411), así como los fines principales de la administración pública en la sociedad: servir a los ciudadanos y promover el bien común (Núm. 412). Por otro lado, denuncia la corrupción política como una de las mayores deformaciones del sistema democrático, pues la misma: “traiciona al mismo tiempo los principios de la moral, y las normas de justicia social; compromete el funcionamiento del Estado, influyendo negativamente en la relación entre gobernantes y gobernados...” (Núm. 411). Al igual que en algunas de las encíclicas papales antes mencionadas, el Compendio enfatiza el rol subsidiario que debe asumir el Estado en la organización de la sociedad. Al respecto, establece que: “La responsabilidad de edificar el bien común compete, además de a las personas particulares, también al Estado. Esto es así porque el bien común es la razón de ser de la autoridad política. El Estado, en efecto, debe garantizar la cohesión, unidad y organización a la sociedad civil de la que es expresión.” (Núm. 168) De otro lado, y en cuanto a la participación ciudadana en los procesos gubernamentales, la Doctrina Social de la Iglesia la reconoce como “uno de los pilares de todo sistema democrático” y “una de las mejores garantías de la permanencia de la democracia”. De hecho, el énfasis que pone el Compendio en este principio es de tal magnitud que postula que “toda democracia debe ser participativa” (Pontificio Consejo Justicia y Paz, 2005). Por último, la Doctrina Social de la Iglesia toma cuenta de la “pérdida de centralidad por parte de los actores estatales” en la dirección de temas tales como la economía y las finanzas (Pontificio Consejo de Justicia y Paz, 2005, Núm. 370), lo cual es producto de los procesos de globalización. Por tal motivo, en el Compendio de Doctrina Social de la Iglesia se hace un llamado, por un lado, a los Estados para que superen sus conductas individualistas (Núm. 373), y, por otro, a la comunidad internacional para que desarrolle instrumentos y normativas que dirijan estos procesos con justicia, equidad y respeto a la dignidad de los seres humanos, en este nuevo
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