El sistema de función pública en Puerto Rico: origen, esplendor, crisis y visión del futuro
40 pontificia universidad católica de puerto rico en empleados de carrera (cubiertos por el principio de mérito) y empleados de confianza, los que definía como “de libre selección y libre remoción”. También introdujo programas innovadores de evaluación, así como de promoción por productividad con el objetivo de lograr la eficiencia gubernamental (Santiago y Robles, 2005, p. 47). Esta ley estableció un sistema de función pública compatible con la negociación colectiva en el sector público del País. Por último, creó dos organismos independientes para la administración del sistema de la función pública: la Oficina Central de Administración de Personal (OCAP) y la Junta de Apelaciones del Sistema de Administración de Personal (JASAP). Los problemas con la implantación de esta ley tuvieron que ver principalmente con el inicio de la alternancia político-partidista que se explicará más adelante, dada la gran cantidad de empleados de confianza y empleados temporeros que se nombraban en las agencias públicas del País, así como por la proliferación de despidos ilegales después de las elecciones generales. Esto redundó en grandes costos al erario público, por las demandas legales interpuestas por los funcionarios públicos despedidos, muchas de las cuales fueron ganadas por estos. Como se indicó, es importante notar que la vigencia de este estatuto se enmarca en un contexto histórico y político totalmente distinto al que prevalecía durante el funcionamiento de la Ley 345 de 1947. Esto es así, puesto que las elecciones de1968 rompieron con el sistema de partido dominante (cuasi monopartidismo) en Puerto Rico, dando como resultado el establecimiento de un sistema bipartidista. Esta “era del bipartidismo” (Picó, 1986: 278- 279) se ha caracterizado por la existencia de dos partidos políticos, con una fuerza política similar, que contienden por el poder y con capacidad real de que cualquiera de los dos partidos pueda ganar los comicios electorales. Según el autor antes citado (Picó, 1986), “La competencia entre los partidos hegemónicos resultó en una inescapable sensación de politización en todos los aspectos de la vida social” (1986, p. 279). Asimismo, el estudioso de la administración pública puertorriqueña y profesor retirado de la Universidad de
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