El sistema de función pública en Puerto Rico: origen, esplendor, crisis y visión del futuro
93 el sistema de función pública en puerto rico: origen, esplendor, crisis y visión de futuro miembros y el personal de juntas o comisiones nombrados por el Gobernador que tengan un período determinado de vigencia; y, g. el personal de la Oficina de Servicio a los Exgobernadores.” Al igual que en los estatutos anteriores, este establece que: “Los empleados de confianza son de libre selección y remoción. Serán igualmente de confianza aquellos que, aunque siendo de libre selección, solo puedan ser removidos por justa causa por disposición de ley o aquellos cuyo nombramiento sea por un término prefijado por ley.” (Estado Libre Asociado de Puerto Rico, 2014, Sec. 9.1). Hay que notar el gran aumento que ha tenido la categoría de empleados de confianza en Puerto Rico, de unos pocos nombramientos permitidos en la Ley Núm. 345 de 1947, a miles de estos en la actualidad. De hecho, un informe reciente del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico (2016, julio), apunta a que para julio de 2016, existía en la Isla un total de 9,542 empleados de confianza, en comparación con 150,809 empleados de carrera. Es decir, que por cada 16 empleados de carrera en las agencias públicas, se ha nombrado un empleado de confianza en las mismas. De otra parte, 44,946 empleados poseían otros tipos de nombramientos (temporero, transitorio, por contrato, etc.). En la Oficina del Gobernador, el 35.75% de los empleados eran empleados de confianza, mientras que en los departamentos y agencias existía un 2.51% de estos empleados. Igualmente, en las corporaciones públicas, un 4.50% de los empleados pertenecía a la categoría de confianza, mientras que en los municipios, este porciento ascendía a 8.026%. En el poder judicial, el 39.207% de los empleados pertenecía al servicio de carrera. Más impactante aún resulta que en el poder legislativo, de un total de 2,519 empleados, 1,988 eran empleados de confianza, 489 eran de carrera, y 42 pertenecían a otras categorías de empleados (temporeros, por contrato, etc.). Estos datos ejemplifican que existe un número significativo de personas que laboran en el sector público, muchos en niveles de alta dirección, que obtuvieron sus puestos por razones ajenas al mérito y a la competencia. Los obtuvieron, presumiblemente, por su afiliación política o su cercanía con la autoridad nominadora.
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