Análisis de la situación de los adultos mayores en Puerto Rico

14 cuadernos de investigación social y económica pontificia universidad católica de puerto rico le plantea lo siguiente: “Mi aliento no permanecerá por siempre en el hombre, porque es mortal; la duración de su vida será de 120 años” ( Gn 6, 3). Del mismo modo, en el libro de Éxodo, al comunicarle los Diez Mandamientos a Moisés, el Señor plantea en el duodécimo mandamiento, “Honra a tu padre y a tu madre para que vivas muchos años en la tierra que el señor tu Dios te va a dar” ( Ex 20, 12). También, en el Levítico, el Señor le dice a Moisés como parte de los deberes religiosos y sociales del pueblo de Israel lo siguiente: Ponte en pie ante las canas, respeta al anciano y honra a tu Dios. Yo soy el Señor tu Dios” ( Lv 19, 32). De otra parte, el Señor le señala a Salomón en el libro de Reyes: “Ya queme has pedido esto (un corazón sabio para gobernar a su pueblo) y no una larga vida ni riquezas, ni la muerte de tus enemigos, sino sabiduría para gobernar con justicia, te concederé lo que me has pedido. Pero además te añado lo que no has pedido: riquezas, y gloria en tal grado que no habrá en tus días rey alguno como tú. Si caminas por mis sendas y guardas mis preceptos y mandamientos como hizo tu padre David, te daré una larga vida ( Re 3, 12 - 14). Igualmente, en el libro de los Salmos existen muchas referencias al fenómeno de la vejez y de los adultos mayores. Así por ejemplo, el salmista ruega al Señor para que no lo abandone en la vejez en el Salmo 71 cuando le hace la siguiente petición: “Ahora que soy viejo y tengo canas, oh Dios, no me abandones para que anuncie tu poder a las generaciones venideras” ( Sal 71, 18). De otra parte, en el libro de Proverbios ( Prov 16, 31) se plantea que: “Corona de gloria son las canas, son el fruto de una conducta honrada.” Igualmente, se establece en este libro, “La fuerza es el orgullo de los jóvenes, y las canas el adorno de los ancianos” ( Prov 21, 29). En la Carta a Los Ancianos (1999) San Juan Pablo II resume magistralmente la visión y las enseñanzas de las Sagradas Escrituras sobre la vejez, algunas de las cuales ya se han presentado. Al respecto decía este Santo: Así pues, a la luz de la enseñanza y según la terminología propia de la Biblia, la vejez se presenta como “un tiempo favorable” para la culminación de la existencia humana y forma parte del proyecto divino sobre cada hombre, como ese momento en la vida en el que todo confluye, permitiéndole de este modo comprender mejor el sentido de la vida y alcanzar la “sabiduría del corazón”. La

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