Cuba y Puerto Rico: Encuentro Pionero

89 magisterio y educación en el sistema educativo de cuba (1899-1958) simplemente incapaz, de implantar en la colonia antillana un sistema de enseñanza coherente y eficaz, que proporcionara a los cubanos el acceso a una instrucción y a una cultura. La nación cubana salió de la dominación española en condiciones bastante precarias. Según Lize Márquez (1997), como consecuencia de la Guerra de Independencia, y sobre todo a causa de la reconcentración decretada por el Capitán General Vareliano Weyler, la población había disminuido considerablemente. Desde luego, el sistema escolar había sufrido grandes embates. Baste decir que de 775 escuelas que había en 1887, al terminar la Guerra de Independencia ese número se había reducido a solamente 541. Por otra parte, el analfabetismo, que siempre había sido bastante alto, aumentó hasta llegar al 64 por ciento de la población total. Como resultado, una gama de ideas, sentimientos y mentalidades dieron sentido a las futuras proyecciones de una memoria colectiva con sentido patriótico de independencia. Es por eso que comienza el conjunto social utilizando los usos públicos y políticos de la época como claves dentro de la ideología nacionalista. De acuerdo con María del Carmen Barcia (2007) cuando se mencionan los usos públicos, los maestros son parte de estos como agente encargado de divulgar la historia que se deseaba y necesitaba descartar, utilizando los valores que deben ser asumidos en el proceso de enseñanza, sin descartar los relatos elaborados para la construcción y formulación del ciudadano. Sin embargo, la enseñanza escolarizada carecía de un estudio sistemático dirigido a analizar al maestro encargado de instruir y educar bajo el dominio español, tanto las primeras administraciones republicanas como en los en los comienzos de la revolución. Los antecedentes de la formación ciudadana escolarizada en Cuba rebasaron los marcos del siglo XIX y su concepción, en mayor o menor medida y respondió siempre al logro de ciudadanos acordes con los principios éticos establecidos en esas etapas de desarrollo histórico. Desde el establecimiento de la República y hasta la década del 20’, el pensamiento pedagógico cubano contaba con un reducido análisis en las esferas políticas educativas oficiales. Durante las dos primeras décadas de República Neocolonial, las simpatías con que se acogieron los proyectos educativos introducidos en la Isla fueron abandonándose progresivamente. A pesar de esto en las modificaciones de los cursos de

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