De los desafíos a la esperanza: propuestas de la PUCPR para una nueva gobernanza

10 pontificia universidad católica de puerto rico Los docentes universitarios esfuércense por mejorar cada vez más su propia competencia y por encuadrar el contenido, los objetivos, los métodos y los resultados de la investigación de cada una de las disciplinas en el contexto de una coherente visión del mundo. Los docentes cristianos están llamados a ser testigos y educadores de una auténtica vida cristiana, que manifieste la lograda integración entre fe y cultura, entre competencia profesional y sabiduría cristiana. Todos los docentes deberán estar animados por los ideales académicos y por los principios de una vida auténticamente humana. (Juan Pablo II, 1990) Este libro presenta desafíos y propuestas para una gobernanza más efectiva en Puerto Rico. Estas se enmarcan en la interrelación entre vida humana, naturaleza y cultura como señala el Concilio Vaticano II en la Constitución Gaudium et Spes . Siempre que se trata de la vida humana, naturaleza y cultura se hallan unidas estrechísimamente. Con la palabra cultura se indica, en sentido general, todo aquello con lo que el hombre afina y desarrolla sus innumerables cualidades espirituales y corporales; procura someter el mismo orbe terrestre con su conocimiento y trabajo; hace más humana la vida social, tanto en la familia como en toda la sociedad civil, mediante el progreso de las costumbres e instituciones; igualmente, a través del tiempo expresa, comunica y conserva en sus obras grandes experiencias espirituales y aspiraciones para que sirvan de provecho a muchos, e incluso a todo el género humano. (Concilio Vaticano II, 1965, No. 53) De aquí se sigue que la cultura humana presenta, necesariamente, un aspecto histórico y social y que la palabra “cultura” asume con frecuencia un sentido sociológico y etnológico. En este sentido, se habla de la pluralidad de culturas. Estilos diversos de vida común y escalas diferentes de valor encuentran su origen en la distinta manera de servirse de las cosas, de trabajar, de expresarse, de practicar la religión, de comportarse, de establecer leyes e instituciones jurídicas, de desarrollar las ciencias, las artes y de cultivar la belleza. Así, las costumbres recibidas forman el patrimonio propio de cada comunidad humana.

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