De los desafíos a la esperanza: propuestas de la PUCPR para una nueva gobernanza

151 de los desafíos a la esperanza: propuestas de la pucpr para una nueva gobernanza 5. que los propios participantes participan en el diseño de su participación, 6. que los participantes reciben la información necesaria para que puedan intervenir de forma significativa y 7. que se comunica a los participantes cómo su aporte afectó o influyó en la determinación final. (Ibid.) En síntesis, la efectividad de la participación ciudadana como mecanismo vital del sistema democrático depende de cómo se estructure y diseñe. Contreras y Montecinos (2019: pp. 184-185) proponen cinco elementos para ello. Primeramente, hace falta una metodología clara respecto a cómo y para qué se convoca a los ciudadanos. Segundo, es esencial que se provea la información básica relevante a la ciudadanía. Como tercera consideración, hay que mantener un control adecuado de las expectativas, cuáles son los objetivos formales que se quieren alcanzar y cuáles son las posibilidades reales de lograrlos. El cuarto requisito es que los que tienen la responsabilidad formal de decidir (en nuestro caso legisladores, jefes de agencia, alcaldes, entre otros) se involucren en el proceso participativo de la ciudadanía, de tal manera que haya un impacto verdadero en las decisiones, que no se logra a través de intermediarios. Finalmente, hay que definir los mecanismos de participación que se vayan a utilizar, es decir, qué instrumento de participación es el que va a involucrar a la ciudadanía. Entre los instrumentos de participación reconocidos internacionalmente se encuentran la celebración de vistas públicas, los presupuestos participativos, legislación por iniciativa popular, consejos ciudadanos, referéndums, jurados ciudadanos, planificación participativa, entre otros. Aunque en nuestro sistema algunos de estos se utilizan, la manera en que se hacen operacionales ha demostrado no ser del todo efectiva. Por esta razón hacemos las siguientes observaciones: 1. debe eliminarse la práctica de aprobar proyectos de ley por el mecanismos de “descargo”. La aprobación sin celebración de vistas públicas, sin participación adecuada de todos los sectores políticos en la legislatura y sin adecuada intervención de los sectores concernidos antenta conta la representatividad y participación democrática;