De los desafíos a la esperanza: propuestas de la PUCPR para una nueva gobernanza
154 pontificia universidad católica de puerto rico Este acercamiento pasa por dos determinaciones igualmente importantes, cómo se define la unidad inferior, sea región o municipio, y qué recursos tendrán disponibles para poder realizar las tareas descentralizadas. Aun cuando en Puerto Rico, el concepto básico sea gobierno estatal y gobierno municipal, no podemos olvidar que hay diversas maneras de regionalizar sin crear nuevas estructuras intermedias. Por ejemplo, de la misma manera que existen consrocios entre municipios al amparo de leyes federales para adminisrtrar proyectos subvencionados con fondos provenientes del erario federal, debemos desarrollar mecanismos jurídicos para facilitar los consorcios municipales en asuntos locales que permitan mejorar la provisión de servicios de salud, educativos, de vivienda e incluso la administración conjunta de competencias o de la gestión interna municipal. Reformas a la ley de municipios autónomos o al sistema de permisos que viavilicen estos esfuerzos son esenciales. Igualmente, resulta un problema significativo el que las distintas ramas y agencias del gobierno definan las regiones de forma tan diversa como entindades existen. Para unos fines se usan los distritos senatoriales, para otros las regiones judiciales y en otros casos es el criterio de cada agencia. Esto dificulta grandemente la coordinación interagencial, incluso en los mismos bloques de alcaldes, pues hay municipios que para una agencia están en una región agrupados de cierta manera y de otra en las demás. Dificulta al ciudadano ir a centros de gestión única a recibir servicios, complica la ubicación de oficinas de servicio directo a la comunidad y amplía costos y burocratización innecesarios. Es necesario adoptar un modelo uniforme de regionalización que abarque a todas las ramas y agencias y que reconozca los cambios poblacionales, de movilización y de actividad económica vigentes. La gran mayoría de los modelos previos han quedado en obsolescencia, particularmente aquellos que se basan en las cabeceras históricas de los distritos, las cuales, en algunos casos, han dejado de ser el foco de referencia de su región. Recomendamos que se implemente en Puerto Rico, para este propósito, el modelo de ciudad-reunión que se ha estado discutiendo a nivel mundial desde 1995, a partir de la conferencia auspiciada por el Lincoln Institute of Land and Policy. (www.lincolninst.edu/es/ publications/articles/ciudades-region) En su acepción más amplia, la misma puede definirse como:
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