De los desafíos a la esperanza: propuestas de la PUCPR para una nueva gobernanza

156 pontificia universidad católica de puerto rico Local, las entidades empoderadas tienen derecho a los recursos propios y suficientes de los cuales puedan disponer para ejercer sus competencias. Esto abona a la transparencia y a la rendición de cuentas en la medida en que los pagos hechos por los contribuyentes estén más cerca de los centro de decisión, del diseño de las respuestas y políticas públicas y de la prestación de los servicios que reciba. De igual manera, no hay duda de que la democracia participativa, a su vez, es más factible en su implementación y en su acción a niveles más locales y regionales, fortaleciendo su eficacia. fortalecimiento comunitario Finalmente, debemos resaltar el valor de las comunidades y su empoderamiento como garantes de la participación ciudadana y del desarrollo sustentable. Es en ellas donde se corresponde el nivel inferior colectivo más básico de la subsidiariedad. Se entiende por comunidad “un territorio común con una población determinada, que dispone de determinados recursos y que tiene determinadas demandas con sus mutuas, constantes y mutantes interrelaciones”. (Marchioni, 2002, p2). Cualquier trabajo y desarrollo de este sector, en el manejo de sus propias situaciones y el fortalecimiento de sus propias capacidades, depende de la intervención de tres protagonistas esenciales: administraciones e instituciones públicas o privadas que tengan injerencia, la población misma de la comunidad y los recursos técnicos disponibles. (Marchioni, p. 3) Es en las comunidades donde se viven, de forma más directa, las situaciones más complejas y las necesidades más básicas de nuestra actualidad socioeconómica. Donde se sienten directamente los efectos del desempleo, del envejecimiento poblacional, de la marginalidad, de las brechas económicas, educativas y tecnológicas, del desgaste de las relaciones familiares y de la convivencia social y de los males de la dependencia, la violencia y la criminalidad en todas sus formas. Por tanto, es allí, pero desde el empoderamiento y no desde la intervención externa donde tiene que forjarse un nuevo modelo de convivencia y de sustentabilidad. En el número 18 del mensaje de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña para los comicios electorales de este año se dice, al respecto:

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