90 cuarenta años, la católica cumpliendo su deber democrático con p.r. Mis estudiantes me preguntan que cómo es posible que nos pusiéramos de acuerdo sobre temas tan críticos con gente de visiones tan opuestas. Existe una contestación: porque son gente de palabra. Recuerdo que en las reuniones para la Redistribución Electoral vigente, el representante del PNP Virgilio Ramos, y este servidor, habíamos hecho un acuerdo sobre dos puntos álgidos. Cuando reunidos en su oficina vi la propuesta de su equipo incumpliendo el compromiso me levanté y me fui. Llegando a la avenida Domenech recibí su llamada pidiéndome que regresara, pues había revisado el borrador y lo había desautorizado en cumplimiento con su palabra. Igual pasó con César Vázquez Díaz en la presidencia de la Comisión. Había prometido transparencia e integridad, y por iniciativa propia, designó a cargo de los resultados al vicepresidente del PIP Charles Ruiz Cox, persona de gran verticalidad. Era su palabra. Así se hace patria y se hace historia. Los estudiosos han significado que el progreso de los pueblos depende del crecimiento y del respeto de sus instituciones. Por décadas la Comisión Electoral fue ejemplo para el mundo de esos valores. Y se comenzó a debilitar con algunas excepciones hasta llegar, en el 2017, a nombrar como presidente a un juez ahora convicto. Al finalizar las negociaciones de 1983, los tres partidos comprometieron su palabra de honor de buscar consensos para sus leyes electorales y que ganara el que tuviera los votos. Esa ha sido la paz electoral de Puerto Rico. La Ley la firmó mi adversario, el Hon. Carlos Romero Barceló. Hoy el país se encuentra a menos de seis meses de sus elecciones con un proyecto unilateral que vulnera la confianza con un voto ausente total y sin tarjeta electoral, un golpe de estado en la Comisión en contra de la propuesta de su propio partido en 1983 y tratando de quitar la intención del elector como el elemento rector de la adjudicación de votos, en contra de las decisiones unánimes de los tribunales. La gobernadora prometió no firmar leyes sin consenso en el ciclo electoral. ¿Cómo es posible que un partido que ganó las elecciones quiera cambiar ahora las mismas reglas con las que ganó?
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