Entendiendo la crisis desde la Doctrina Social de la Iglesia

cuadernos de investigación social y económica pontificia universidad católica de puerto rico 14 nos dicen que hay crecimiento económico la verdad es que cada vez hay más personas en la pobreza, nos dice Sarkozy que “al poner el libre mercado por encima de todo hemos debilitado la Democracia, porque los ciudadanos tienen la expectativa de ser protegidos por la democracia” y no ha sido así. “La globalización con que soñamos era del tipo en que, en vez de quitarle a los demás por medios financieros, sociales, ecológicos o fiscales, cada uno de nosotros encontraría progreso social, paridad en el poder adquisitivo, reducción de las desigualdades, mejores estándares de vida, salud y educación…” “La crisis que estamos experimentando no es una crisis del capitalismo. Es una crisis de la desnaturalización del capitalismo – una crisis atada a la pérdida de los valores y referencias que han sido el fundamento del capitalismo. El Capitalismo siempre ha sido inseparable de un sistema de valores, de un concepto de la civilización y una idea concreta de la humanidad. El Capitalismo puramente financiero es una distorsión… Solo podemos salvar el capitalismo reconstruyéndolo mediante la restauración de su dimensión moral.” “Ser ciudadano no es una categoría separada, es cada uno de nosotros. El presidente de la compañía, el accionista, el empleado, el líder obrero, el activista social, el político – todos son ciudadanos con obligaciones recíprocas entre ellos, para con su comunidad, para con las futuras generaciones, para con el planeta.” valoración moral del sistema económico Restaurar la dimensión moral del capitalismo no es algo que el sistema mismo pueda hacer. Como indica el P. Kentenich, el orden económico capitalista es moralmente indiferente en sí mismo. 22 Por lo tanto esos valores fundamentales a los que se refiere Sarkozy tienen que venir de fuentes externas al sistema económico que le iluminen y guíen. Esa es la función de la Iglesia frente a la economía y es lo que queremos hacer hoy, dar esas pistas de luz para humanizar y dar sentido cristiano a la forma en que conducimos nuestro desarrollo. Ese proceso nos tiene que llevar, como primer paso, a mirar la validez de este sistema económico y su comparabilidad con otros sistemas como el socialismo. Después de todo ningún país es puramente capitalista o puramente socialista. En el Compendio de Doctrina Social de la Iglesia se reconoce al libre mercado como un modelo económico superior desde la perspectiva moral apreciando 22 Desafío social, p. 299.

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