Familia y economía: Algunos planteamientos sobre el caso Puerto Rico

7 familia y economía: algunos planteamientos sobre el caso de puerto rico pasadas, los jóvenes y los niños se sienten con el derecho de no obedecer y más aún de rechazar, hasta con insolencia y grosería, el mandato de padres y de profesores. En estas circunstancias, los esquemas de autoridad se tornan cada vez más difusos. En este contexto es oportuno recordar las palabras del Padre José Kentenich: “No es difícil formular esta importante aseveración: la tragedia del tiempo actual es en el fondo la tragedia del padre. En forma creciente vivimos y nos movemos en un tiempo sin padre”. Y concluye: “Puede afirmarse con propiedad que tiempos sin padre son tiempos sin Dios.” (Kentenich, 1985) v. la economía de puerto rico La idea en esta sección no es dar una explicación detallada sobre la estructura y condiciones de la economía de Puerto Rico y sobre lo que ha venido ocurriendo en las pasadas décadas. Sin embargo, el tema economía y familia requiere que se tenga un marco mínimo sobre este asunto. La economía de Puerto Rico es una pequeña y abierta, en la cual el comercio exterior es el motor. Es una economía altamente dependiente de la inversión externa. Esto la hace vulnerable a los vaivenes de la economía mundial, particularmente la de Estados Unidos. Ustedes han escuchado decir por ahí que cuando Estados Unidos estornuda a Puerto Rico le da pulmonía. Esto es una expresión coloquial que refleja esa dependencia. La economía puertorriqueña muestra altos niveles de pobreza y tiene un crecimiento mayormente concentrado en los grandes centros urbanos. Los datos que se ofrecen a continuación se han complementado con información basada en un estudio de 2011 preparado por un colectivo de economistas, entre los que se encuentran profesores del Colegio de Mayagüez y la actual Secretaria del Departamento de Agricultura (Dra. Mirna Comas). • Puerto Rico evidencia un achicamiento de su estructura económica, lo que incapacita los procesos productivos y de distribución. El resultado ha sido la pérdida, en la pasada década, de 189 empleos. Esto implica un costo productivo de sobre $6,500 millones a través de salarios no devengados.

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