Guía de la PUCPR para inventariar y catalogar bienes culturales eclesiásticos en Puerto Rico

6 Guía de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico para inventariar y catalogar bienes culturales eclesiásticos en Puerto Rico vasos sagrados, vestiduras litúrgicas, instrumentos musicales, y otros). Los demás bienes, dice la Carta Circular, incluidos los documentos de archivo y los libros (bibliotecas eclesiásticas) son objeto de una diversa metodología de investigación y reconocimiento y no se han incluido en este proyecto. III. ¿Existe alguna diferencia entre inventariar y catalogar? Existe una diferencia entre los conceptos de inventario y catalogación. Inventario, como dice la Santa Sede, es una actividad de base. Se puede definir como de registro, pues básicamente consiste en anotar la existencia de un objeto. Por el contrario, la catalogación es un nivel más profundo de conocimiento del objeto considerado en su significado y en su valor. “La catalogación es, así, un logro maduro de una iniciativa cognoscitiva de la que el inventario constituye la indispensable fase preliminar” (2.2.1). La catalogación permite anotar los rasgos del objeto, sus características estéticas, materiales, técnicas, y recoger ciertos datos históricos, aunque de modo limitado, pues no se trata de escribir la historia del objeto sino de levantar un inventario-catálogo. IV. ¿Para qué hacer un inventario-catálogo? Un inventario-catálogo sirve para evidenciar documentalmente la existencia del patrimonio eclesiástico y facilitar su conocimiento y valoración. La Iglesia necesita saber cuál es su patrimonio cultural. También, concienciar y educar sobre su correcto manejo. Este proyecto recopilará una información a manuscrito (ficha de inventario-catálogo) que luego pasará a formar parte de una base de datos digital consultable por las autoridades eclesiásticas, la comunidad universitaria y otras personas interesadas. Así podrán conocerlo y estudiarlo. V. ¿Qué importancia tiene el patrimonio eclesiástico? La Iglesia ha sido partícipe y gestora del devenir histórico de Puerto Rico y custodia una parte valiosa del patrimonio cultural artístico del país. La mayor parte de este acervo se encuentra en iglesias catedrales, parroquias, capillas, ermitas, conventos, monasterios, entre otros, tanto diocesanos como de institutos religiosos. 2 Estos bienes culturales son un testimonio material de la religiosidad de nuestro pueblo, un reflejo de su alma colectiva e individual. 2 La Pontificia Comisión para Bienes Culturales también recomendó que los institutos religiosos inventariaran siguiendo las normativas de la Carta Circular del 8 de diciembre de 1999. Esto aparece en su Carta Circular del 15 de septiembre de 2006 titulada Inventario de los bienes culturales de los institutos de vida consagrada y de las sociedades de vida apostólica: algunas orientaciones prácticas. (Véase bibliografía.)

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