2 pontificia universidad católica de puerto rico S.E.R. Mons. Ángel Luis Ríos Matos Inició su formación sacerdotal con los Hermanos Misioneros de la Virgen de la Caridad, en Aguadilla. Fue ordenado sacerdote diocesano por el primer obispo de Mayagüez, Mons. Ulises Casiano Vargas el 11 de enero de 1985. Concluyó su Bachillerato en Filosofía en la Universidad Católica en Ponce, (1980), hoy Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico. Su formación teológica fue en el Seminario san José, de Caracas, Venezuela donde obtuvo su Bachillerato en Teología en 1984. Se especializó en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, Colombia donde obtuvo el título de Doctor en Derecho Canónico, recibiéndose suma cum laude . A su regreso fue designado párroco de El Salvador, en Hormigueros (2005-2009). En 2009 fue nombrado primer párroco diocesano del Sagrado Corazón de Jesús de Mayagüez (2009-2018). Desde julio de 2018 al presente se desempeña como párroco de san Sebastián Mártir, en San Sebastián del Pepino. En2016el padreÁngel Luis recibió laencomienda del papa Francisco para ser misionero de la misericordia. El obispo Corrada del Río, S.J. le delegó, en 2017, organizar y establecer el Tribunal Eclesiástico de la diócesis de Mayagüez siendo, desde 2005, vicario judicial diocesano y, desde el 2017 al presente, juez presidente del Tribunal Diocesano de Mayagüez. Ha sido miembro del Consejo Presbiteral, del Consejo de Consultores, corresponsable de la obra vocacional diocesana, director espiritual de la Legión de María, asesor de la Pastoral Juvenil y profesor de la Escuela de Formación Diaconal y vicario de Emergencia. Ha sido defensor de los derechos de los no nacidos, de la vida y de los derechos humanos. Ha sido profesor de Filosofía y Teología en la Universidad Interamericana de Puerto Rico, y profesor de Teología en la Escuela de Derecho de la PUCPR.
Homilía de S.E.R. Mons. Ángel Luis Ríos Matos en ocasión de la misa del 154.O aniversario del Grito de Lares viernes 23 de septiembre de 2022 Parroquia San José de la Montaña en Lares Amadísimos hermanos, comienzo diciéndoles lo que suele decir el obispo de Ponce: “Qué bueno que están aquí, qué bueno que hemos llegado, que no hay tormenta ni huracán que nos detenga”. Saludo cariñosamente a Mons. Álvaro Corrada del Río, administrador apostólico de Arecibo, y le agradezco la generosidad de espíritu que este año ha mostrado, no solamente para pedir que se celebre la misa, sino para él mismo venir a presidirla. Agradezco la invitación que me hace para compartir con ustedes la reflexión en esta mañana. Alguien me decía “Es la primera vez, en 154 años, que un obispo viene al Grito de Lares”. Pues no es correcta esa afirmación. Es la primera vez, en 154 años, que un obispo preside la misa en el Grito de Lares. Monseñor Corrada viene a ser el segundo obispo que viene a Lares, yo el tercero, como predicador. Sin embargo, antes de monseñor Corrada y de mi persona, que venimos como pastores de la Iglesia, por largos años subió a Lares Mons. Antulio Parilla Bonilla, un
4 pontificia universidad católica de puerto rico gran puertorriqueño, y más aún, un gran sacerdote y obispo y, lo más hermoso, un servidor del Dios Altísimo que es quien nos da la libertad. El himno de Lares comienza diciendo: “En las verdes montañas de Lares y en la lucha con la adversidad, nuestros padres lanzaron el grito, aquel primer grito de la libertad”. Hoy venimos a Lares de la misma manera, en lucha contra la adversidad. Estamos aquí porque no hay adversidad que pueda detener a los hijos de Dios y tampoco hay adversidad que pueda detener a un patriota cuando de luchar por la libertad se trata. Venimos a Lares; subimos esta gloriosa montaña, a celebrar los 154 años del levantamiento del pueblo de Puerto Rico contra el atropello del imperio español. Venimos a Lares, y al llegar, tenemos en primer lugar que recordar aquella hermosa frase de don Pedro Albizu Campos: “A Lares, Altar de la Patria, se sube de rodillas”. Antes de la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II, nuestros templos católicos se construían con varios altares. Simultáneamente, se podía celebrar la santa eucaristía en cada uno de ellos, según el número de sacerdotes. No había concelebración, como hoy. Cada sacerdote tenía que celebrar individualmente. Al altar central, que es donde estamos, se le llamaba entonces el altar mayor. De esa manera podemos hacer una analogía entre la patria y el templo y podemos decir que Lares es: “Altar de la Patria”. Y nuestra fe católica nos enseña que, ante el altar, se descubre la cabeza, se inclina nuestro cuerpo y se dobla nuestra rodilla. Lugar sagrado es para nosotros siempre el altar. Lugar sagrado y tierra sagrada ha de ser aquel pueblo, donde por gestarse la lucha por la libertad, merezca llamarse el “Altar de la Patria”. Hoy, en el aniversario 154 de aquel Grito, venimos a Lares el pueblo con sus pastores para bendecir, para alabar, para glorificar el nombre del Dios Altísimo en el mismo altar donde aquellos insignes patriotas de
5 homilía de s.e.r. mons. ángel luis ríos matos en ocasión de la misa del 154.o aniversario del grito de lares la revolución lareña, reconociendo que la auténtica libertad es la que procede de Dios, doblaron sus rodillas y entonaron el solemne Te Deum, el solemne acto de acción de gracias a Dios. No hay patria sin Dios, porque la patria es regalo de Dios y a Dios se le consagra. Por eso es para nosotros sagrada esa palabra y esa tierra a la que llamamos patria, porque Dios, en su infinita misericordia, nos la ha regalado. Lares y Puerto Rico son esta tierra que Dios nos ha dado. Nos la prometió como se la prometió a la descendencia de Abraham: “He aquí”, le dijo Dios, “que he bajado para librarlos de la mano de los egipcios y subirlos a esta tierra, una tierra buena y espaciosa, una tierra que mana leche y miel[…]” (Éxodo 33). Todo tiene su tiempo, nos dice la primera lectura del Eclesiástico. Tenemos tiempo de nacer y de morir, de plantar y de arrancar; tiempo para construir y derruir, para llorar y reír. Los patriotas de Lares entendieron eso muy bien. El tiempo apremiaba y por eso arreciaron y hasta adelantaron la lucha por la libertad nacional, adelantaron El Grito. Pero en ese espacio de tiempo, no podía faltar un momento para Dios. No podía faltar ese momento para el Te Deum, que hemos mencionado, ese momento para decir: “Te alabamos y te bendecimos Dios Todopoderoso…” No podía faltar ese momento para decir lo que hoy hemos cantado en el Salmo: “Bendito el Señor, mi roca, mi bienhechor, mi alcázar. Bendice a Dios, el baluarte donde me pongo a salvo”. Hoy quiero reconocer que por décadas, desde que se volvió a rememorar esta gesta, todas las actividades políticas en la plaza se han detenido hasta tanto el pueblo venga al mismo altar donde vinieron aquellos patriotas a reconocer en la santa eucaristía que en Dios es donde mora la fuente de la libertad. Le doy el reconocimiento a todos ustedes, que en la lucha y en el ámbito político, han sabido reconocer que Dios y su Iglesia son primero, porque repito, no hay patria libre sin Dios.
6 pontificia universidad católica de puerto rico Hoy yo, padre Ángel, sacerdote y pastor, quiero preguntarles a ustedes queridos hermanos, amigos, patriotas y compatriotas, a ustedes que luchan por la libertad de esta tierra, —y yo también—, ¿quién es Jesús para ustedes? Hoy yo quiero hacerles, como lo hemos leído en el Evangelio, un llamado a reconocer a ese Jesús como el Mesías, como el libertador por excelencia, Aquel que de sí mismo dijo “He venido para que tengan vida, (Jn. 10,10) he venido para darles libertad, (cf. Ga. 5,1) he venido para que sean verdaderamente libres[…]” (cf. Jn. 8,36). Ese Jesús nos dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida y nadie viene al Padre sino por mí” (Jn. 14,6). En el capítulo 8, 7-18 del libro del Deuteronomio, Moisés le habla al pueblo advirtiéndole de la prudencia que deberían observar cuando hubiesen arribado a la tierra prometida, esa tierra de libertad que Dios había reservado para ellos. Hoy me tomo la libertad de releer y de reescribir, como nos enseñaron en las clases de Sagradas Escrituras en el seminario, ese texto. Esto dice el Señor: Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra buena y libre, tierra de cascadas, de riachuelos y quebradas, tierra de manantiales que nacen en el monte y riegan la llanura, tierra de caña de azúcar, de tabaco, de piñas, ñames, y yautías, tierra de aguacates y de mangós, guanábanas y cocos, tierra de habichuelas y gandules, de yuca y de batatas, tierra donde no comerás tasado el pan y no carecerás de nada, tierra que lleva cobre en sus rocas,… cuando tengas esa tierra, cuando esa tierra sea tuya… comerás hasta hartarte y bendecirás al Señor tu Dios por la tierra que te ha dado (relectura del autor). Pero (y esta es la advertencia que Dios nos hace a ustedes y a mí en la lucha por la libertad) ten cuidado, ten cuidado, ten cuidado, no sea que te
7 homilía de s.e.r. mons. ángel luis ríos matos en ocasión de la misa del 154.o aniversario del grito de lares olvides del Señor tu Dios, no sea que te olvides de sus mandatos, de los preceptos que hoy te doy. Ten cuidado, no te olvides del Pueblo santo de Dios y de su santa Iglesia, de tu sacrosanta religión católica (así la llamó don Pedro Albizu Campos). Ten cuidado no te olvides del valor de tus viejos, del valor de tus niños, del valor de tus mujeres. Ten cuidado no te olvides del valor y aprecio por la vida desde el vientre de la madre, no te olvides del valor del matrimonio y de la familia, ten cuidado no te olvides del valor de tu tierra, de tus montañas, del agua, de los ríos, de los mares, de los árboles y de la flora y de la fauna (relectura del autor). Ten cuidado, no sea que cuando construyas grandes casas y las habites, cuando tengas grandes empresas y buenos sueldos, cuando tengas escuelas, universidades y títulos, cuando aumenten tu oro, tu plata y tu riqueza, te vuelvas engreído y te olvides del Señor tu Dios, del que te da la libertad y te ha liberado de la esclavitud. Pues si eso haces, volverás a ser esclavo sin remedio y convertirás tu patria y tu vida en un nido de dragones, de alacranes, de escorpiones, convertirás tu tierra de nuevo en un sequedal sin agua y todo ello por olvidarte de Dios, de aquel que te hizo y te creó. Ten cuidado con decir que has sido tú, por tus fuerzas, quien ha creado estas riquezas. Acuérdate del Señor tu Dios, que Él es el que te da fuerza para crear riqueza, y mantiene la promesa que hizo a tus padres. … Porque si te olvidas de Dios, aunque tengas una Acta de Independencia, serás esclavo y morirás sin remedio, sin honra, sin dignidad y sin Patria…
8 pontificia universidad católica de puerto rico Hace unos cuatro años, dirigiéndome a un grupo de ustedes en Jayuya, les dije que la Iglesia católica, apostólica y romana tiene una deuda con la lucha libertaria del pueblo de Puerto Rico. Una deuda con aquella lucha libertaria que comenzó en la pila bautismal de Hormigueros y en la pila bautismal de la catedral de Mayagüez cuando nuestros líderes, libertarios y patriotas, compraban los negros esclavos y por las aguas del bautismo les daban la libertad. Aquella lucha, en algún momento pareció, por algo de miedo eclesial, haberse interrumpido. Esa deuda nuestra Iglesia la lleva con la patria. Ojalá, —y bendito sea Dios— que nuestra presencia en este día, aquí y en tantos lugares, sea la reivindicación de la Iglesia cumpliendo su deber y defendiendo la dignidad nacional de todos los puertorriqueños. Ya nos lo decía monseñor Corrada en la introducción: “Lares significa que nuestro pueblo no está ni estará nunca dispuesto a rendir su identidad y su nacionalidad”. Estamos hoy en misa porque reconocemos que una parte esencial de esa nacionalidad y de esa identidad puertorriqueña consiste en la capacidad para doblar la rodilla y reconocer que solo Dios es el Señor. Queridos hermanos, queridos hijos, esa es la importancia de esta misa de Lares hoy. Es recordar la fe originaria y católica de nuestros patriotas libertadores, la fe en Jesucristo el Hijo de Dios. Por eso nosotros, sacerdotes y obispos, estamos con ustedes hoy, porque queremos mantener en alto la fe cristiana de nuestro pueblo, nuestro catolicismo, nuestro compromiso con la justicia, con la libertad y con la identidad nacional. Sigan adelante hermanos. Gracias porque han sido ustedes los que, por tantos años, han solicitado la celebración de esta santa eucaristía. Sé que lo hacen aquí en Lares y también en Jayuya donde en ocasiones los he acompañado. Gracias por reconocer la necesidad de la presencia de Dios en esta lucha. Nuestra insignia es la bandera, coronada de una cruz y en el fondo reverbera la santa imagen de Jesús. ¡Amor a Cristo Dios, divino Rey!
9 homilía de s.e.r. mons. ángel luis ríos matos en ocasión de la misa del 154.o aniversario del grito de lares ¡Qué viva Cristo Rey, qué viva la santa Iglesia y qué viva Puerto Rico! ¡Qué viva Puerto Rico libre y soberano! ¡Amén, Aleluya!
Homilía de S.E.R. Mons. Ángel Luis Ríos Matos en ocasión de la misa del 154.o aniversario del Grito de Lares se compaginó en Adobe InDesign 2023, utilizando la familia tipográfica Chaparral Pro y Whitney. Homilía de S.E.R. Mons. Ángel Luis Ríos Matos en ocasión de la misa del 154.o aniversario del Grito de Lares fue impreso por Extreme Graphics en Naguabo, Puerto Rico en el mes de enero 2023.
El material publicado en este libro no puede ser reproducido o transmitido bajo ninguna forma, medio o formato, total ni parcialmente, sin la autorización previa, por escrito, de su editor y autor. Homilía de S.E.R. Mons. Ángel Luis Ríos Matos en ocasión de la misa del 154.o aniversario del Grito de Lares Primera edición 2021 © S.E.R. Mons. Ángel Luis Ríos Matos © Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico 2250 Boulevard Luis A. Ferré Aguayo, Suite 557 Ponce, Puerto Rico 00717-9997 Tel. 787.841.2000 publicaciones.pucpr.edu Imagen de cubierta: Dr. José L. Rodríguez Fontánez Edición: Prof.a Olga Bizoso Muñoz Prensa y Comunicaciones, PUCPR Diagramación: Carlos Javier Santos coordinador de Publicaciones Prensa y Comunicaciones, PUCPR Diseño de portada: José González Sotomayor diseñador gráfico institucional, PUCPR Impreso en Puerto Rico / Printed in Puerto Rico
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