Koinonia | 2005-2006

Paul Ricoeur: una lectura de la condición del hombre contemporáneo 100 Pero Ricoeur se encuentra con Freud. Ha conocido a Freud porque un maestro se lo ha enseñado, pero no guarda un buen recuerdo de él, porque Freud era el maestro de las tinieblas, de la personalidad del inconsciente, con todas las tensiones, eros-thanatos , que ustedes sin duda conocen mejor que yo. Son los símbolos lo que llaman la atención de Ricoeur. Los símbolos, además de abrir horizontes, además de explorar caminos, cierran, ocultan, disfrazan. Por eso Freud con razón nos dice: cuidado, que todos los símbolos fundamentalmente vinculados a lo que llamamos cultura en general-- quiero decir todo lo que es la obra cultural, la obra artística, la obra literaria, la propia religión, la política, todo eso-- encubre fundamentalmente las tensiones indecibles del inconsciente. Es decir, esa tensión inconsciente se sublima en el ámbito cultural. Por tanto, la cultura no es una manifestación genuina, sino un disfraz de lo que es el ser humano. Así, por ejemplo, El Moisés de Miguel Ángel o La Gioconda de Leonardo Da Vinci no son más que la expresión de las tensiones homosexuales del inconsciente de sus creadores, de Miguel Ángel o de Leonardo. Por una parte los símbolos abren. Por otra parte, los símbolos disfrazan, ocultan. Hay una hermenéutica de la sospecha. El ser humano es una realidad, toda ella. No es que tenga dos partes, una que podemos llamar la luz o el espíritu y la otra las tinieblas, la oscuridad. Creo que el ser humano está, todo él, recorrido por una dimensión arqueológica, y una dimensión teleológica. Aquí, Ricoeur ha recorrido toda la obra de Freud. Pero también hay en Ricoeur una profunda influencia de Hegel. Para Hegel, el espíritu es un proceso de superación de sí por sí mismo. El espíritu subjetivo, lo que soy individualmente, mi libertad, no se puede desarrollar como estoy, de subjetivo; solamente yo, con mi voluntad de bien, no llego a ser una persona libre. Tengo que encontrarme con los otros. Es cuando encuentro a los demás, en una dimensión de confrontación, de ser libre a ser libre, que lo subjetivo se realiza como libertad en la relación, confrontación con las demás libertades. Por tanto, la necesidad de los otros, la superación del individuo a la comunidad, y naturalmente en la medida en que se amplía el ámbito de intersubjetividad, como pueden ser las distinciones sociales, distinciones culturales, políticas, el estado, es aquí donde la libertad tiene todas las garantías de realizarse plenamente. Eso es Hegel. Quiere decir que es un proceso de avance, en la medida que se va incorporando al mundo las relaciones con los demás, que va produciendo cultura. Es por ahí por donde yo avanzo.

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