Koinonia | 2005-2006

El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia 20 Iglesia se ha convertido en una indicación fundamental, que propone orientaciones válidas mucho más allá de sus confines: estas orientaciones —ante el avance del progreso— se han de afrontar en diálogo con todos los que se preocupan seriamente por el hombre y su mundo » [11] . - En lo que concierne a la función del mercado que la perspectiva cultural y política del neoliberalismo retiene único y absoluto regulador y gobernador de la vida económica. La Iglesia clarifica que no está contra el mercado, pero considera el mercado un medio no un fin y con respecto a él no tiene ninguna sujeción, consciente de que éste se debe juzgar con gran libertad. Actualmente, también por parte de muchos estudiosos, se comprende lo actualizado y puntual del mensaje de la Iglesia. No es la primera vez que sucede. El mensaje de la Iglesia, en un primer momento incomprendido y combatido, se revela al final de determinados procesos válido y profético. La vicisitud comunista es emblemática al respecto. La Iglesia tiene una perspectiva económica y social de gran equilibrio en la que el mercado, el Estado y las iniciativas económicas de la sociedad civil concurren a dar cuerpo a un desarrollo solidario e integral. - No puedo dejar de decir una palabra sobre el trabajo y la empresa: el trabajo debe permanecer, también hoy cuando el trabajo cambia y falta, el corazón y la clave de la cuestión social, que hoy es una cuestión global. El trabajo reconocido y bien apreciado es la clave para que cada persona pueda salir en modo sustentable de la pobreza absoluta; es la clave para el cambio de la sociedad y de las instituciones. El trabajo es la causa eficiente del desarrollo, es necesario partir del trabajo para satisfacer las necesidades de producir bienes en cantidad suficiente, de calidad adecuada, usando eficazmente los recursos, las técnicas y los materiale s [12] . El hombre es el protagonista del desarrollo, no la técnica ni el dinero. No se puede reducir, por lo tanto, al hombre a una variable más del mercado, a una mercancía de intercambio, a un factor del todo irrelevante de las opciones decisivas. Un sujeto importantísimo que contribuye a hacer de la dignificación del trabajo un objetivo global, son las empresas del sector privado, generadoras de empleo y, por lo tanto, de rédito para los pobres. La creación de riqueza material mediante el trabajo es la fuerza más eficaz para reducir la incidencia de la pobreza material y para favorecer la participación social. Invito a los empresarios a no olvidar que están llamados a administrar sus empresas teniendo en cuenta su responsabilidad social. Es importante también que las Instituciones públicas contribuyan a crear ocasiones concretas de trabajo, tanto para ofrecer bienes y servicios de utilidad colectiva real,

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