Koinonia | 2005-2006

La Familia en el Magisterio de Juan Pablo II 57 Mons. Fernando Felices , sacerdote, teólogo y abogado (Harvard Law School), conferenciante y escritor, ha sido Rector del Seminario de San Juan. Actualmente es Párroco de la Gruta de Lourdes en San Juan. LA FAMILIA EN EL MAGISTERIO DE JUAN PABLO II Mons. Fernando Felices Sánchez Las raíces personales, teológicas y pastorales del Magisterio de Juan Pablo II sobre la Familia. Amar el amor humano para poder hablar de la belleza del amor a los jóvenes. Un viaje fascinante entre las obras de Karol Wojtyla y Juan Pablo II dedicadas al amor y a la familia. Todo árbol tiene sus raíces. Así también Juan Pablo II. Las raíces de su magisterio sobre la familia se hunden en su propia historia personal antes de acceder a la Cátedra de San Pedro. Karol Wojtyla, antes de ser Papa, había sido un joven polaco, sacerdote vicario de una parroquia en Cracovia, profesor de filosofía y ética en la universidad, un joven Arzobispo en el Concilio y un Cardenal renombrado antes de llegar a ser Juan Pablo II el Grande. Entiendo que es necesario, para valorar su magisterio sobre el tema de la familia, un tema muy cercano al corazón grande de un hombre grande, conocer algo de esas raíces personales, teológicas y pastorales del futuro Papa. Esto nos dará una visión más contextualizada de lo que el Papa Wojtyla expone sobre la familia. Su enseñanza tenía fundamentos profundos, serios, prácticos y bien elaborados antes de ofrecerlos a la Iglesia como parte de su magisterio pontificio. Preludio biográfico Un refrán popular dice que no se aprecia algo hasta que se pierde. Quizás el joven Karol Wojtyla que antes de cumplir los 21 años de edad ya había perdido a su madre, a su único hermano y a su queridísimo padre, y por tanto no tenía familia inmediata en este período crítico de su vida y de su patria, apreció la familia tanto más porque su experiencia de ella fue tronchada tempranamente. Al encontrar a su padre muerto el 18 de febrero de 1941 en el apartamentito que compartían en Cracovia, entre sollozos le dijo a una amiga que lo acompañaba en ese momento porque le iba a calentar la comida que traía para él: “No estuve presente en la muerte mi madre, ni de mi hermano, ni de mi padre…”.