Koinonía 2006-2007

Familia, matrimonio y filiación en el nuevo Código Civil: un análisis crítico 90 P. José Luis Alonso. Sobre las parejas de hecho es una especie de tradición en la sociedad humana, de manera que no hay por qué alarmarse o escandalizarse, porque hay personas que no se han querido casar, ni por el juez ni por la Iglesia, ni por nadie. La unión consensual es para ser libre. Posiblemente, por tradición, es el varón que escoge esta condición y quiere gozar de esta “libertad”, y la mujer... aguanta. Necesita seguridad y muchas cosas otras cosas, por eso lo acepta, y además lo ama. De manera que es tradición y, lo repito, no hay por qué escandalizarse de que estas uniones de hecho existan. Ahora, desde el punto de vista teológico y religioso digo que nadie se debe atrever a juzgar a estas personas porque nadie está dentro de ellos ni sabe sus intenciones. Inclusive con las muchas personas que están casadas por segunda vez, nadie puede entrar en el secreto de su intimidad para juzgar y decidir de la gravedad o no gravedad de sus actos. Quería también hablar un poco sobre la separación de Iglesia y Estado. Esta polémica es una especie de engaño. ¿Quién ha dicho que estamos hablando de la institución social-moral que es la Iglesia y de la institución civil del Estado? Si esto fuera, lo único que tienen que hacerse es no molestarse el uno al otro. Pero, como dijo el profesor, estamos hablando de la idiosincrasia moral y social de un pueblo, que es lo con que se está enfrentando la Legislatura. Se trata de la idiosincrasia de un pueblo entero porque el 99.9% de los puertorriqueños son cristianos o tienen herencia cristiana. Y esto hay que respetarlo. Mons. Félix Lázaro. Les agradezco la oportunidad que me ofrecen. Quiero simplemente indicar algunas pistas de reflexión que nos pueden ayudar. La primera es que el fin no justifica los medios. Uno puede tener un fin muy bonito, pero no utilizar los medios adecuados, que están en contra de la moral, de la ética o de la naturaleza humana. Segundo: lo que se pretende es tener hijos del amor humano. Pueden tener hijos perfectos de la ciencia, hijos perfectos de la técnica, pero no hijos del amor humano. Tercero: se dice que la Iglesia es la que impone todas estas normas. No. La Iglesia no impone, simplemente se limita a defender lo que está

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