Koinonía 2007-2008

¿Justicia o caridad? Reflexiones sobre Deus caritas est 13 primer criterio de reconocimiento del redentor ante el mundo y por el mundo, ¿no tendría que ser el de dar el pan y terminar con el hambre de cada hombre? (…) El problema de la alimentación del mundo, y más genéricamente los problemas sociales, acaso no tendrían que ser el principal y definitivo criterio con el que verificar la redención ? ¿Puede llamarse redentor autentico uno que no resuelve este problema? ” 2 Sorprendentemente el gran intelectual que es el papa Ratzinger comienza la respuesta a esta sospecha crucial contra Cristo y su Iglesia concediendo algún aspecto de verdad . 3 En la encíclica el Papa se detiene a contextualizar la urgencia de actuar la justicia social en el momento histórico de la revolución industrial del siglo XIX, donde reconoce que los conflictos sociales encontraron una Iglesia desprevenida, relegada por la ilustración racionalista del siglo XVIII a la irrelevancia social y anclada en estructuras sociales fosilizadas. No nos detendremos a considerar las razones del alejamiento de los problemas reales del mundo por parte de la Iglesia del siglo de las revoluciones sociales, aunque creo comprensible dicha actitud al considerar cómo la revolución industrial tendrá lugar sobre todo en naciones protestantes, mientras el mundo católico permanece mucho más tiempo ligado al trabajo agrícola y artesano, así como la reacción de enclaustramiento por parte de los sacerdotes ante la persecución sistemática de la fe católica por parte de la revolución francesa, que produce un verdadero genocidio contra el clero y el pueblo católicos. Creo que el repliegue de los católicos en las instituciones políticas antiguas no terminará en la doctrina hasta el cuerpo de doctrina social que culmina con el Concilio Vaticano II, y en la vida de la Iglesia todavía hoy está ausente el laicado cristiano de los centros de decisión económica y social de la cultura contemporánea. . 1.- Justa autonomía de lo temporal Nuestro comentario será útil si destaca tanto los aspectos de la verdad cristiana que esta asechanza materialista pone de manifiesto como los graves errores que contribuye a difundir. Comencemos por las “verdades” que el Papa recuerda: 2 Benedicto XVI (2007) Gesù di Nazaret , Rizzoli, Roma, 53-54. 3 “Se debe reconocer que en esta argumentación hay algo de verdad, pero también bastantes errores” (DC 26).

RkJQdWJsaXNoZXIy NzUzNTA=