Koinonía 2007-2008

31 El Congreso Eucarístico, lugar de encuentro con Cristo Card. Marc Ouellet , P.S.S. Qué es un Congreso Eucarístico Internacional Agradezco de corazón la invitación que recibí de los Obispos de Puerto Rico, en especial de Mons. Lázaro, por esta oportunidad de llevar hasta aquí el mensaje del próximo Congreso Eucarístico Internacional. Este encuentro me trae a la memoria recuerdos gratos de los tiempos de enseñamientos en seminarios en Colombia. Un trabajo que me gustó muchísimo y que me permitió colaborar con la Iglesia de Latinoamérica durante casi diez años, formando sacerdotes y buscando la manera de fomentar una espiritualidad sacerdotal enraizada en la Santa Eucaristía que es el don por excelencia que Cristo ha hecho a su Iglesia. El sentido de mi visita, en pocas palabras, es compartir con ustedes una gracia. Un Congreso Eucarístico Internacional es una fiesta de la fe, es una fiesta popular. A veces, cuando uno piensa en un Congreso piensa en un encuentro de especialistas. Hay muchos congresos universitarios para profesores, pero un Congreso Eucarístico Internacional es una fiesta popular de la fe. Antes, en la semana precedente, habrá un simposio para especialistas que durará tres días: extiendo una invitación a los profesores para que también profundicen en la temática del Congreso de Québec. Entonces, vengo a compartir una gracia. Este encuentro con Cristo es un kairós , es decir, un momento favorable, un momento de gracia. El Card. Marc Ouellet, P.S.S ., es Arzobispo de Québec y Primado de Canadá. En la Curia Romana es miembro de la Congregación para el Culto Divino y los Sacramentos, de la Congregación para la Educación Católica, de la Pontificia Comisión para América Latina y de los Congresos Eucarísticos Internacionales. Es miembro también de la Pontificia academia de Teología. El Congreso Eucarístico de Québec (15-22 de junio de 2008), su organización y sus temáticas fundamentales: la Eucaristía, don por excelencia de Dios, porque don de sí mismo. Y el misterio de la Iglesia que recibe este don, fuente extraordinaria para la renovación del mundo entero.