Koinonía 2007-2008

El Congreso Eucarístico, lugar encuentro con Cristo 33 De la promoción del Congreso Eucarístico, que ya estamos desarrollando desde hace dos años, les cuento un episodio que fue para mí una ayuda muy importante. En mi tierra, en mi ciudad, hay un niño con un handicap grave, que pasó la mitad de sus días en el hospital. Es sordo, pero es capaz de cantar y un día cantó el Himno Nacional antes de un partido de hockey , nuestro deporte nacional, cantó de manera sensacional. Después, los periodistas fueron a preguntarle: ¿cuál es tu sueño en la vida? Y el niño de ocho años respondió: “Cantar delante del Papa”. ¿Y porqué quieres cantar delante del Papa? “Yo sufrí mucho, pero Jesús me ayudó tanto que yo quisiera darle las gracias cantándole para él al Papa”. La cosa me llegó, con una carta del niño y de la mamá que me preguntó qué podía hacer para ayudarle con el sueño. Nosotros los obispos del Québec íbamos a Roma en el mes de mayo, o sea, seis meses después. Entonces, para hacer la historia corta, el Papa fue consultado para que con ocasión de la visita pudiéramos bendecir el Arca de la Nueva Alianza. El Arca de la Nueva Alianza es un objeto simbólico, que fue sugerido por los jóvenes: es una pequeña barca con iconos de la Santa Eucaristía, que está haciendo la gira del país para promover encuentros, catequesis eucarísticas y para recoger intenciones de oración y compromisos de personas que se preparan para este acontecimiento. Queríamos que este objeto fuera bendecido por el Papa y el Papa aceptó. Como parte del ritual, el Papa aceptó que este niño cantara al final de la audiencia. Entonces vino el niño y trajo su familia y trajo además muchísimos periodistas, televisión, emisoras. Todo el mundo se interesó por el niño pero al mismo tiempo por el Congreso Eucarístico ya que era el motivo de su oportunidad de cantar delante del Papa. Les cuento que la emoción que sentimos todos en presencia del Papa con este niño cantando “Alabaré al Dios eterno porque es eterna su misericordia y su bondad” fue extraordinaria. Todo el mundo estuvo muy conmovido, inclusive los guardias suizos, conmovidos, ofrecieron al niño después una medalla reconociendo su coraje y su gesto. Este niño hubiera podido no llegar al mundo, porque la madre fue presionada para abortar, porque se supo que el bebé tenía un handicap serio, pero ella quiso respetar la vida y realmente proteger este niño que trajo su familia al Papa y fue el profeta del Congreso Eucarístico Internacional de Québec 2008. Les cuento esto porque para mí fue un signo del cielo que Dios está con nosotros en esta gran aventura difícil. Es muy difícil “vender” a la prensa hoy en día un Congreso Eucarístico muy católico en un país muy secularizado; es un desafió enorme. Y pues, el Cielo nos ayudó y ahora este objeto simbólico que ya recorrió todas las provincias del Canadá,

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