Koinonía 2007-2008

El Congreso Eucarístico, lugar de encuentro con Cristo 38 también con su oración, porque hay muchos modos de participar, y la oración preparatoria, como la oración durante el Congreso Eucarístico, va a ser un modo de asociarse a este acontecimiento espiritual. Estamos preparando, además, la difusión del Congreso vía Internet. De tal manera, que inclusive desde lejos, en todo el planeta (quizás será el primer Congreso Eucarístico Internacional Planetario) se va a poder seguir las catequesis de los cardenales y los testimonios de los que van a hablar después, las cerebraciones eucarísticas inclusive en el rito oriental, porque también vamos a usar el rito oriental, para que la Iglesia respire con los dos pulmones, como decía el papa Juan Pablo II. Voy a concluir insistiendo una vez más sobre el domingo, que es la clave de la cultura cristiana. En el Mensaje final de la Exhortación Apostólica “Sacramentum Caritatis”, Benedicto XVI nos recuerda el testimonio de los mártires de Abitene al comienzo del siglo IV. El emperador Diocleciano dio inicio a una persecución de los cristianos, ordenando que se buscaran “los textos sagrados y los santos Testamentos del Señor y las divinas Escrituras, para que fueran quemadas; se debían derribar las basílicas del Señor; se debía prohibir la celebración de los ritos sagrados y las santísimas reuniones del Señor” (Actas de los Mártires, I). Hubo unos cristianos que desafiaron la prohibición y se congregaron en una casa familiar para celebrar la Santa Eucaristía. Pero fueron denunciados, tuvieron que pasar delante de los representantes de la ley que les preguntaron por qué habían desobedecido al emperador; y ellos contestaron: “ Sine dominico non possumus ” (“No podemos vivir sin el domingo” o sin el Señor del domingo, el Señor que se nos da en la Santa Eucaristía). Eso fue el motivo de su condena: 47 mártires que son llamados los mártires del domingo. Nosotros necesitamos acordarnos de los que han derramado su sangre, como el Señor, para afirmar unos valores en una cultura que tiende a perder la conciencia de sus raíces y de sus valores. Entonces yo les invito a meditar sobre el mensaje del Congreso Eucarístico de Québec y sobre la exhortación del Santo Padre “Sacramentum Cartitatis”. Estos dos documentos son muy cercanos el uno al otro. Y yo les pido su oración para que nosotros, como Iglesia de Québec que vive momentos muy difíciles, podamos llevar a cabo esta misión. Muchas gracias. [Conferencia dada en la PUCPR el 24 de octubre de 2007.Texto no revisado por el autor]

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