Koinonía 2007-2008

Progreso económico y desarrollo humano integral en la era de la globalización: 46 a la que se le puede aliviar el sufrimiento. Este, creo, es el mensaje en que nos quiere hacer pensar Pablo VI con la Populorum Progressio. No es solamente una visión del mundo, de la realidad, de cómo debe actuar el cristiano, el católico, en la sociedad en abstracto, sino que nosotros tenemos la responsabilidad de tomar esto y actuar en concreto. Hay una cita que a mí me gusta mucho y es la que se refiere a cómo los países pobres interpelan a los países opulentos. Yo digo: esta interpelación puede ser ineficaz si es pacífica o puede ser suicida si es revolucionaria. Es duro esto porque parece que no haya solución. Pero esta interpelación es pacifica y puede ser eficaz, si, y siempre si hay quien tome el reto y haga algo pacíficamente por cambiar la realidad. Pero si lo hace de manera revolucionaria, entonces seguramente es un suicidio porque ninguna revolución ha dado frutos nunca de justicia social. Se nos ha hablado de la Revolución Francesa que fue tremendamente injusta No solamente por la época del terror, por Robespierre, Marat, Danton y todos esos revolucionarios y asesinos, sino también por otras cosas. Por ejemplo, por darles un dato que casi nadie conoce, es una revolución que habla de los derechos humanos, se habla de la “ Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano” . Cuando las mujeres les preguntan a los diputados jacobinos: “¿Y aquí, las mujeres, qué papel jugamos?”. “Ninguno. Porque el texto dice ‘del hombre’ ”. “Pensábamos que era con mayúscula, ‘de la Humanidad’”. “No”. “Bueno pues, les exigimos que pongan de la Humanidad para qué las mujeres también tengan derechos”. “No, ustedes no, ustedes no trabajan, no pagan impuestos”. “¿Y si trabajamos y pagamos impuestos?”. “No, ustedes no tienen derechos”. La Revolución Francesa fue injusta con las mujeres y de ahí estas mujeres empezaron a protestar. Cuando a Madame Rodand la toman presa y la llevan a la guillotina, subiendo al cadalso pronuncia aquellas famosas palabras: “¡Oh libertad! ¡Cuántos crímenes se cometen en tu nombre!”. Nosotros vivimos en México dos revoluciones que no nos dejaron más que destrucción, odio y sangre derramada. Sólo la Revolución Mexicana de 1910 a 1920 produjo más de un millón de muertos. El censo de 1920 arroja un millón de mexicanos menos que las que habían en 1910 al inicio de la Revolución, sin contar los que nacieron en esa década; quiere decir que son más de un millón de muertos. ¿Para qué? Para pasar de una dictadura unipersonal a una dictadura de partido, una

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