Koinonía 2007-2008
Progreso económico y desarrollo humano integral en la era de la globalización: 48 pobreza patrimonial. ¿Cómo se hizo con los demás niveles de pobreza, para que diecisiete millones de mexicanos abandonaran en seis años la extrema pobreza, la miseria? En este programa “Oportunidades” se les preguntaba a los papás: ¿Sus hijos les ayudan a ustedes? ¿Se van a la calle a pedir dinero, a lanzar fuego, o se van a la milpa, al campo, a la cosecha? ¿Cuánto les reporta esto? ¿Sólo porque les complementa el ingreso familiar? El programa establece un criterio: sacas a tu hijo de la milpa, o de la calle, lo pones en la escuela y yo te pago para que lo ingreses a la escuela; o sea, te doy una beca para que tu hijo vaya al colegio; porque el niño debe estar en la escuela aprendiendo y en la casa jugando. No hay mejor lugar para el niño que esos dos. Pero si yo sé que tu hijo deja de ir al colegio, te retiro la beca. Otro ejemplo. A ver, señora, ¿cuándo fue la última vez que fue al médico? “No, pues no, nunca he ido”. Ahora va a tener que ir si quiere que yo le pague una beca de salud. Eso fue al principio. Después se creó el Seguro Popular, que no solamente es para ese tipo de personas en miseria, sino también para las personas que no están inscritas en el Seguro Social o en el ISSSTE, que es el seguro social para los trabajadores del estado. Fue una prueba piloto. Esta vez se les daba dinero a las mujeres para que se hicieran su mamografía, su Papanicolau y así prevenir las enfermedades. Al Estado les cuesta más corregir que prevenir. Esto fue un éxito. Fue tan grande el éxito, que entonces se le ocurrió al Presidente Fox lanzar el Proyecto de Seguro Popular para que toda la gente de bajo recursos que no califique para la seguridad social pública pueda tener acceso a un hospital y a una operación delicada. Sigue cerrándose el círculo y el siguiente paso fue: “A ver, tú, adulto, papá del niño al que estoy educando; tú eres analfabeta pero el niño se va a educar. Si tú no sabes leer ni escribir, yo te voy a pagar para que vayas a la escuela de adultos para alfabetizarte”. “Es que me cuesta dejar mi trabajo”. “¿Cuánto te cuesta dejar tu trabajo? Yo te pago lo que te cuesta dejar tu trabajo para que te alfabetices”. Efectivamente los adultos tienen esa beca y cuando finalmente hacen su examen en el que demuestran saber leer y escribir, ahí se sienten mejor. Se dieron cuenta que fue maravilloso aquello y lo que quieren es seguir estudiando, empezar ya la primaria. Entonces, ya hay también escuela para adultos, donde ellos pueden conseguir en poco tiempo un certificado de primaria y elevar su calidad de vida, sin pasar los seis años en la escuela. Su capacitación se va aumentando día tras día con su preparación.
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