Koinonía 2008-2009
es una determinación numérica de qué. El quién es un modo metafísico irreductible y último de la realidad, propio de las esencias abiertas, a diferencias de las esencias cerradas “(Alianza editorial, 3ª edición, 1985, p.350). ¿Dependencia? ¿Quién es quién? Con todo, ni Zubiri ni Marías son fuente originaria de esta idea y expresión de persona. Siglos antes, el inmenso Tomás de Aquino había alumbrado y acuñado tal definición. Cito sus palabras textuales: “Et ideo essentia significatur in divinis ut quid, persona vero ut quis, proprietates ut quo”(I, q.32, a. 2,c.). En lengua romance quiere decir: “En Dios, la esencia se significa como lo que: la persona como quién, la propiedad como por lo que”. Incluso la caracterización del quién o persona como esencia abierta, que señala Zubiri, a diferencia de las cosas, que son esencias cerradas, es una idea muy común en santo Tomás, tomada de Aristóteles. Esencia abierta quiere decir capaz de recibir y asimilar formas de otras cosas, en lo que consiste el conocimiento; mientras que las cosas no cognoscentes son esencias cerradas, por cuanto poseen sólo su propia esencia natural de ser. Escribe santo Tomás: “Los seres dotados de conocimiento se diferencian de los que no lo tienen, en que estos últimos no poseen más que su propia forma, mientras que los primeros alcanzan a tener, además, la forma de otra cosa, ya que la especie o forma de lo conocido está en el que conoce. Por donde se echa de ver que la naturaleza del ser que no conoce, es más limitada y angosta, y, en cambio la del que conoce, es más amplia y vasta; y por esto dijo el Filósofo que “el alma, en cierto modo, es todas las cosas” (I.q.14, a.1, c.). Es justo reconocer que Zubiri y Marías han tomado prestada de santo Tomás la referida definición descriptiva de persona: persona es quién. A cada uno lo suyo, como exigía el jurisconsulto Ulpiano ya en el siglo tercero. Persona es “quién” 102
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