Koinonía 2008-2009
Licdo. Fortuño : Tenemos que comenzar por cuál es el rol de los padres en nuestra educación. Entiendo que los padres, por encima de cualquiera otra persona, tienen el interés por sus hijos, y lo tienen de la forma más pura posible. Por ende, los padres deben tener un rol en la educación de sus hijos, inclusive en la estatal. Cuando surgen directrices como la que se acaba de mencionar que está propiciando el gobierno en este momento, los padres deben poder tener el derecho de oponerse; deben poder negarse a que sus hijos sean expuestos a conceptos e ideas para los cuales no están preparados a una edad tan temprana. Yo no hubiera dejado a mis hijos en kindergarten lidiar con estos temas. Hay que lidiar con esos temas, pero es en su momento; no cuando le da la gana a un burócrata allá en San Juan que tiene una agenda que quiere adelantar. Nosotros reconocemos en nuestra Plataforma el rol y el derecho de los padres a escoger que en estos temas puedan negarle al Estado el derecho de imponerles a sus hijos el ser expuesto a este tipo de conceptos morales. Esto rompe con lo que realmente ha estado sucediendo por décadas en Puerto Rico. Se les da el poder a los padres ahora. Lo otro es que nosotros entendemos que el Departamento de Educación en Puerto Rico es un desastre. Esto no es un asunto de rojos, azules, verdes o naranjas. Es un asunto real que el sistema de educación público ha ido en decadencia y no funciona. Reconociendo esto, entendemos que la mejor manera de empezar a resolver el problema es llevar la escuela a la comunidad, realmente a la comunidad. La comunidad la componen los padres, los profesores y los estudiantes: se trata de darle mayor control a esa comunidad de lo que va a suceder en cada una de esas escuelas. Por ende, tiene que haber un rol, una participación directa de los padres en todo esto. Además, aunque muchas escuelas privadas ya lo tienen, queremos volver a traer a las escuelas públicas un momento de reflexión al comienzo de la mañana, donde se promuevan los valores, valores que son genéricos, no son de una iglesia en particular. Son genéricos de la sociedad: como la sana convivencia, responsabilidad, ética del trabajo y honestidad. Son valores que no tienen que ver con una iglesia necesariamente; me parece que son sumamente importantes. Finalmente, queremos desarrollar escuelas magnetos en áreas mayormente con énfasis en ciencias, matemáticas, tecnología e inglés. En el desarrollo de estas escuelas magnetos no hay razón por la cual no puedan intervenir las escuelas privadas, pero tiene que haber apertura a que todos, aunque no tengan los recursos económicos, puedan participar, obviamente, después que se cumpla con los requisitos académicos para entrar a dichas escuelas. 127 Entrevista al Lcdo. Luis Fortuño
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