Koinonía 2008-2009

31 convergencia intelectual en la que este último 12 reconoce lo irrazonable de la marginación de las tradiciones religiosas fuertes del diálogo académico y de su contribución a la razonabilidad del debate político, al par que el primero considera el “amplio consenso del pensamiento actual cuando dice que la legitimidad de la Constitución de un país, como presupuesto de la legalidad, derivaría de dos fuentes: de la participación política igualitaria de todos los ciudadanos y de la forma razonable en que se resuelven las divergencias políticas. Con respecto a esta forma razonable , Habermas afirma –dice Benedicto XVI- que no puede ser sólo una lucha por mayorías aritméticas, sino que debe caracterizarse como un proceso de argumentación sensible a la verdad ( wahrheitssensibles Argumentationsverfahren ). Está bien dicho, pero es muy difícil transformarlo en una praxis política. Como sabemos, los representantes de ese ‘proceso de argumentación’ público son principalmente los partidos, como responsables de la formación de la voluntad política. De hecho, sin duda buscarán sobre todo la consecución de mayorías y así se ocuparán casi inevitablemente de los intereses que prometen satisfacer. Ahora bien, esos intereses a menudo son particulares y no están verdaderamente al servicio del conjunto . La sensibilidad por la verdad se ve siempre arrollada de nuevo por la sensibilidad por los intereses. Yo considero significativo el hecho de que Habermas hable de la sensibilidad por la verdad como un elemento necesario en el proceso de argumentación política, volviendo a insertar así el concepto de verdad en el debate filosófico y en el político ” 13 . Esto evidencia, una vez más, que la ampliación de la razón en función de la verdad no es un mero postulado confesional, sino una exigencia objetiva de la laicidad de la razón, que “hace inevitable la pregunta de Pilatos: ¿Qué es la verdad? Y ¿cómo se la reconoce? Si para esto se remite a la ‘razón pública’, como hace Rawls, se plantea necesariamente otra pregunta: ¿qué es razonable? ¿Cómo demuestra una razón que es razón verdadera ? En cualquier caso, según eso, resulta evidente que, en la búsqueda del derecho de la libertad, de la verdad de la justa convivencia, se debe escuchar a instancias diferentes de los partidos y de los grupos de interés, sin que ello implique en modo alguno querer restarles importancia. Así volvemos –señala Benedicto XVI- a la estructura de la universidad medieval. Juntamente con la facultad 12 Jurgen Habermas, Tra scienza e fede , Laterza, Bari, 2006. ( Zwischen Naturalismus und Religion. Philosophische Aufsätze , Suhrkamp Verlag, Frankfurt a.M., 2005). 13 Benedicto XVI, “Discurso sobre la Universidad”, para la Universidad la «Sapienza» de Roma, 17/I/2008 (cursivas mías). Ampliar la razón para vivir hoy la universidad

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