Koinonía 2008-2009

32 (práctica) de derecho (además de la facultad práctica de medicina. considerada más como ‘arte’ que como ciencia, pero inserta en el cosmos de la universitas , porque el arte de curar requiere cada vez más simplemente la razón y no de la magia, y por eso la conexión entre saber y poder necesita pertenecer a la esfera de la ratio ), estaban las facultades de filosofía y de teología , a las que se encomendaba la búsqueda sobre el ser hombre en su totalidad y, con ello, la tarea de mantener despierta la sensibilidad por la verdad . Se podría decir incluso que este es el sentido permanente y verdadero de ambas facultades: ser guardianes de la sensibilidad por la verdad, no permitir que el hombre se aparte de la búsqueda de la verdad. Pero, ¿cómo pueden dichas facultades cumplir esa tarea? Esta pregunta exige un esfuerzo permanente y nunca se plantea ni se resuelve de manera definitiva. En este punto, pues, tampoco yo puedo dar propiamente una respuesta ” 14 . No hay respuesta definitiva porque ninguna reforma estructural e institucional es la clave para recuperar la misión de la universidad y su papel iluminador de la sociedad. Sólo de la iniciativa de una libertad que no quiere perderse a sí misma irrumpe el compromiso de la razón con la verdad y la búsqueda de una amistad para compartir ese compromiso. La racionalidad filosófica cultiva su vitalidad crítica cuando se realiza en su especificidad y, así, no sólo reconoce su límite sino también su apertura a lo que la nutre y desafía desde más-allá de su límite: la sabiduría de la Revelación y la sabiduría de las culturas como presentimientos de la Revelación. “Hoy, el peligro del mundo occidental -por hablar sólo de éste- es que el hombre, precisamente teniendo en cuenta la grandeza de su saber y de su poder, se rinda ante la cuestión de la verdad. Y eso significa al mismo tiempo que la razón, al final, se doblega ante la presión de los intereses y ante el atractivo de la utilidad, y se ve forzada a reconocerla como criterio último. Dicho desde el punto de vista de la estructura de la universidad: existe el peligro de que la filosofía , al no sentirse ya capaz de cumplir su verdadera tarea, degenere en positivismo (en mero análisis de textos); que la teología, con su mensaje dirigido a la razón, quede confinada a la esfera privada de un grupo más o menos grande. Sin embargo, si la razón, celosa de su presunta pureza , se hace sorda al gran mensaje que le viene de la fe cristiana y de su sabiduría , se seca como un árbol cuyas raíces no reciben ya las aguas que le dan vida. Pierde la valentía por la verdad y así no se hace más 14 Benedicto XVI, “Discurso sobre la Universidad”, para la Universidad la «Sapienza» de Roma, 17/I/2008 (cursivas mías). Ampliar la razón para vivir hoy la universidad

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