Koinonía 2008-2009

34 Se trata de mantener una polaridad epistemológica sin síntesis final, porque “el decir” de la realidad misma en el que se basa la filosofía, y el “decir” del Lógos revelado en la Encarnación, siempre exceden, en ambos polos, a “lo dicho” en el saber que en cada caso lo conoce e interpreta. “ Sin confusión : quiere decir que cada una de las dos debe conservar su identidad propia. La filosofía debe seguir siendo verdaderamente una búsqueda de la razón con su propia libertad y su propia responsabilidad; debe ver sus límites y precisamente así también su grandeza y amplitud. La teología debe seguir sacando de un tesoro de conocimiento que ella misma no ha inventado, que siempre la supera y que, al no ser totalmente agotable mediante la reflexión, precisamente por eso, siempre suscita de nuevo el pensamiento. Junto con el ‘sin confusión’ está también el sin separación : la filosofía no vuelve a comenzar cada vez desde el punto cero del sujeto pensante de modo aislado, sino que se inserta en el gran diálogo de la sabiduría histórica, que acoge y desarrolla una y otra vez de forma crítica y a la vez dócil; pero tampoco debe cerrarse ante lo que las religiones, y en particular la fe cristiana, han recibido y dado a la humanidad como indicación del camino” 18 . Decíamos que el reconocimiento de la necesidad de un resurgimiento de la sensibilidad por la verdad era provocado por una crisis de civilización, que se presenta bajo la forma de una gran confusión en la que está alterada la capacidad de relación con la realidad y, sobre todo, con la propia realidad. En este contexto “ya no es claro hasta que punto el hombre conoce de verdad la realidad y cuáles son las bases a partir de las cuales él puede pensar y hablar. Así, me parece que es una disposición de la Providencia –dice Ratzinger- el hecho de que, en este tiempo, haya subido a la Cátedra de Pedro un ‘filósofo’, que hace filosofía no como una ciencia de manual , sino partiendo del trabajo necesario para que pueda sostenerse frente a la realidad , y partiendo del encuentro del hombre que busca y que pregunta . El tema de la filosofía de Karol Wojtyla ha sido y es el hombre” (JP, 20, cursivas mías). Wojtyla estudiante universitario, mientras trabajaba -cuatro años- como obrero de un laboratorio químico, en medio de los horrores de la ocupación y de la guerra que arrasó a Polonia desde Occidente y Oriente, definía la forma de su vocación humana, su modo de vivir el 18 Benedicto XVI, “Discurso sobre la Universidad”, a la Universidad la «Sapienza» de Roma el 17/I/2008. Ampliar la razón para vivir hoy la universidad

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