Koinonía 2008-2009
42 subjetivismo tradicionalista de las creencias o individualismo conformista donde no hay hechos reales sino sólo interpretaciones opinables. Incluso la perspectiva de progreso y bienestar que parecía ser resultado automático de la razón instrumentral, al ser ésta interpretada de modo ideológicamente positivista termina comprometiendo su mismo prestigio: “Sucede que no siempre los científicos dirigen sus investigaciones a estos fines. La ganancia fácil, o peor aún, la arrogancia de sustituir al Creador juegan, a veces, un papel determinante. Esta es una forma de hybris de la razón, que puede asumir características peligrosas para la propia humanidad. La ciencia, por otra parte, no es capaz de elaborar principios éticos (se lo impide su propio método); puede sólo acogerlos en sí y reconocerlos como necesarios para erradicar sus eventuales patologías. La filosofía y la teología son, en este contexto, ayudas indispensables con las que confrontarse para evitar que la ciencia proceda por sí sola en un sendero tortuoso, lleno de imprevistos y no privado de riesgos. Esto no significa en absoluto limitar la investigación científica o impedir a la técnica producir instrumentos de desarrollo; consiste, más bien, en mantener vigilante el sentido de responsabilidad que la razón y la fe poseen de cara a la ciencia, para que permanezca en su estela de servicio al hombre ” 25 . 3.3 Recuperar la Ilustración desde su raíz histórico-ontológica Rehacer el camino de la Ilustración desde lo profundo de la existencia y de la historia es la propuesta de Benedicto XVI: “ Sapere aude : Con este imperativo Kant describió la naturaleza del Iluminismo. Se podría decir que Juan Pablo II, de un modo nuevo (en la encíclica Fides et Ratio ) apela a una razón que se ha hecho metafísicamente pusilánime: sapere aude! Pretende de ti misma poder hacer grandes cosas. A esto estás destinada. La fe no quiere hacer que calle la razón, sino que la quiere liberar del velo de la catarata que, frente a los grandes interrogantes de la humanidad, está ampliamente extendido sobre ella” (JP, 59). Para eso, recuperemos el designio de nuestra historia. El cristianismo hizo, “desde los albores de la historia”, una elección clara entre el pensamiento mítico y la filosofía, a favor de la segunda. Esto es, a favor del uso crítico y sistemático de la razón, capaz de traer a flote toda la humanidad del hombre y de reconocer, examinar y asentir a lo que encuentre 25 Benedicto XVI, “Discurso al Congreso Internacional para el X Aniversario de la ‘ Fides et Ratio’ ”, Pontificia Universidad Lateranense, Roma, 16/X/2008 (paréntesis míos). Ampliar la razón para vivir hoy la universidad
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