Koinonía 2008-2009
47 al bien. La trascendencia y la diversidad de Dios se acentúan de una manera tan exagerada –dice Benedicto XVI- que incluso nuestra razón, nuestro sentido de la verdad y del bien dejan de ser un espejo de Dios, cuyas posibilidades abismales permanecen para nosotros eternamente inalcanzables, y escondidas tras sus decisiones efectivas 32 . De esta concepción de Dios, que disocia razón y libertad, los hombres pueden llegar a sacar de su dios, en la realización concreta de la religión, cualquier derivación arbitraria y violenta que circunstancialmente se les pase por la cabeza. La convicción de que actuar contra la razón está en contradicción con la naturaleza de Dios, se pregunta Ratzinger, ¿es solamente un pensamiento griego, o es válido siempre por sí mismo? Pienso que en este punto se manifiesta la profunda concordancia entre aquello que es griego en el mejor sentido y aquello que es fe en Dios sobre el fundamento de la Biblia. Todos los grandes acontecimientos de significación universal surgen en coordenadas espacio-temporales particulares y, una vez que son reconocidas en su intrínseca bondad porque expresan y corresponden al hombre en cuanto tal, ya no pertenecen exclusivamente a ese contexto sino a todos los que los asuman. 3.6 La exaltación de la razón en la revelación de Dios en Jesucristo “Modificando el primer verso del libro del Génesis, Juan comenzó el Prólogo de su Evangelio con las palabras: «Al principio era el logos ». (…) Dios actúa con logos . Logos significa tanto razón como palabra, una razón que es creadora y capaz de comunicarse, pero como razón. Con esto, -señala Benedicto XVI- Juan nos ha entregado la palabra conclusiva sobre el concepto bíblico de Dios (…). En principio era el logos , y el logos es Dios, nos dice el evangelista. El encuentro entre el mensaje bíblico y el pensamiento griego no era una simple casualidad. ” 33 32 Benedicto XVI, “Fe, razón y universidad. Recuerdos y reflexiones”, e n la Universidad de Regensburg, 12/IX/2006 (intercalado entre paréntesis, mío). . Más bien es la expresión histórica, imprevisible e imprevista, de una necesidad instrínseca, ontológica, fundada en el acontecimiento de la plena humanidad y de la plena divinidad del Señor. “La novedad del anuncio cristiano es la posibilidad de decir ahora a todos los pueblos: Él se ha revelado. Él personalmente. Y ahora está abierto el camino hacia Él. La novedad del anuncio cristiano no consiste en un pensamiento sino en un hecho: Él se ha mostrado. Pero esto no es un hecho ciego, sino un hecho que, en sí mismo, es Logos –presencia de la 33 Benedicto XVI, “Fe, razón y universidad. Recuerdos y reflexiones”, e n la Universidad de Regensburg, 12/IX/2006 Ampliar la razón para vivir hoy la universidad
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