Koinonía 2008-2009

50 las culturas y para promover un sentido ecuménico y analógico de la universalidad humana. Por eso, la propuesta de Benedicto XVI de ampliar la razón y de impulsar desde nuestras universidades una nueva Ilustración expresiva de esa apertura de la razón, es algo que nos conviene magníficamente para nuestro desarrollo humano y que sale al encuentro de las otras “culturas profundamente religiosas (que) ven esta exclusión de lo divino de la universalidad de la razón como un ataque a sus más profundas convicciones. Una razón que es sorda a lo divino y que relega la religión al espectro de las subculturas es incapaz de entrar en diálogo con las culturas. Al mismo tiempo, (es importante redescubrir) la razón científica moderna, (que) con sus elementos intrínsecamente platónicos, genera una pregunta que va más allá de sí misma, de sus posibilidades y de su metodología” 37 . El diálogo genuino de culturas y religiones que necesitamos con urgencia hoy es obstaculizado de modo reaccionario por cierto mundo occidental que todavía sostiene, sin haberse dado cuenta su falta de perspectiva para afrontar el futuro a la luz de la razón, que sólo la razón positivista y las formas de la filosofía basadas en ella son universalmente válidas. Mientras tanto, propone una universalidad abstracta, vacía y repetitiva, correlativa a un escepticismo relativista ante los problemas humanos concretos sobre los que ella no tiene nada nuevo que decir, pasándole el encargo a la palabra mágica de la interpretación positivista de las ciencias. “La razón, por otro lado, siente y descubre que, más allá de lo que ya ha alcanzado y conquistado, existe una verdad que nunca podrá descubrir partiendo de sí misma, sino sólo recibir como don gratuito. La verdad de la Revelación no se sobrepone a la alcanzada por la razón; sino más bien la purifica y exalta, permitiéndole dilatar sus propios espacios para insertarse en un campo de investigación insondable como el misterio mismo. La verdad revelada, en la “plenitud de los tiempos” ( Gal 4,4), ha tomado el rostro de una persona, Jesús de Nazaret, que trae la respuesta última y definitiva a la pregunta del sentido de todo hombre. La verdad de Cristo, en cuanto toca a cada persona que busca la alegría, la felicidad y el sentido, supera ampliamente cualquier otra verdad que la 37 Benedicto XVI, “Fe, razón y universidad. Recuerdos y reflexiones” . Encuentro en la Universidad. Ratisbona. Martes, 12 de septiembre de 2006 Ampliar la razón para vivir hoy la universidad

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