Koinonía 2008-2009
64 diciendo uno al otro, yo me entrego a ti totalmente, permanentemente, y te acojo a ti de la misma manera. Es una entrega mutua sin reservas y para siempre de la que es posible que surja como fruto una nueva vida. Este es el sentido de la relación sexual que convierte al varón y a la mujer en imagen creada de Dios. Estamos diciendo que el varón tiene inscrito en su ser, en su espíritu y en su cuerpo, en su sexualidad, el darse, el entregarse a sí mismo a otra persona, a la mujer. Igualmente la mujer tiene inscrito en sí misma, en su espíritu y en cuerpo, inscrito en su sexualidad, el acoger y el entregarse a otra persona, al varón. De ese amor, de esa entrega mutua, total, sin reservas y para siempre, puede surgir otra persona, una nueva vida. De aquí surge una comunidad, la familia. De este modo se convierten en imagen de la comunidad, del amor que es Dios. El don sincero de sí mismos los establece en una comunión de personas. Eso es ser imagen y semejanza de Dios. Juan Pablo II subraya que el ser humano se hace semejante a Dios no solamente mediante su ser personal considerado individualmente –aunque ya es imagen de Dios– sino que el ser imagen de Dios culmina cuando se convierte en una comunión de personas porque Dios es así. Esto es lo que llamamos una familia. Decía Juan Pablo II acerca de la familia: “en el mundo entero no existe una imagen más perfecta, más completa de Dios, unidad y comunidad; no existe ninguna otra realidad humana que corresponda más, humanamente hablando, a ese divino misterio” 48 . Es en ese sentido que el cuerpo humano revela algo del misterio invisible de Dios; la propia sexualidad humana nos está diciendo: tú has sido creado para amar, estás hecho para entregarte, donarte a otra persona, y para que de esa entrega surja la vida, surja una comunidad; Dios es así. Esto es una buena noticia, esto es valorar el cuerpo humano y descubrir el sentido de la sexualidad, y esto es valorar la familia. El sentido nupcial del cuerpo Continuamos desarrollando la teología del cuerpo. En sus catequesis Juan Pablo II habla de la desnudez del cuerpo humano y de su sentido de acuerdo al plan inicial de Dios. Repito algunas ideas, pero nos ayudará a entender. Nos dice el libro del Génesis que el hombre y la 48 Juan Pablo II, Audiencia General, 30 diciembre 1981. La “Humanae Vitae” y la teología del cuerpo en Juan Pablo II
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