Koinonía 2008-2009

71 quiero acoger y algo mío que no quiero entregar. Por tanto, no hay verdadera donación recíproca, falta la totalidad de la donación. De ahí que si se cancela el sentido procreativo, al mismo tiempo, aunque la persona no esté pensando en esto y aunque diga que se quiere entregar del todo, en realidad está cancelando también el sentido unitivo porque no hay verdadera donación recíproca total del uno al otro. Hay algo perteneciente a la propia persona y a la persona del otro que se niega, que no se acepta y se cancela. De esta forma se separan y se anulan, tanto el sentido procreativo, como el sentido unitivo; el sentido de la comunión sexual no se cumple porque no hay donación real, no se cumple el ser imagen y semejanza de Dios. Por esto decía Pablo VI en la “Humanae Vitae” que estos dos sentidos no se pueden separar, porque si se pretende cancelar uno, al tiempo se cancela el otro. De hecho, una relación entre dos personas en la que no es posible la procreación porque ésta se ha cancelado voluntariamente mediante la anticoncepción, esta relación, aunque sean hombre y mujer, es muy semejante a lo que sería una relación de dos hombres o dos mujeres, porque en todo este tipo de relaciones es imposible la procreación. Cuando se cancela voluntariamente el significado procreativo, la relación sexual queda reducida a esto: dos personas que se provocan mutuamente una excitación sexual, sean hombre y mujer o dos hombres o dos mujeres; todos estos casos se han hecho semejantes en este aspecto. 54 La cultura de la muerte Pasemos a comentar acerca de la cultura de la muerte. Cuando se oscurece el verdadero sentido de la sexualidad humana –esto es lo que ocurre mediante la anticoncepción, según hemos descrito antes–, surge lo que Juan Pablo II ha llamado “la cultura de la muerte”. Estadísticamente está comprobado que en lugares donde se propaga y aumenta el uso de la anticoncepción al mismo tiempo se eleva el número de abortos. ¿Por qué ocurre esto? No significa necesariamente que en una pareja que usa anticonceptivos, la mujer siempre va a abortar; no significa esto, aunque por desgracia muchas veces es así. Lo que significa es que la anticoncepción conduce a la banalización del cuerpo y 54 Repetimos: ésta no es la situación de un matrimonio que es estéril sin ser esto causado por ellos; aquí la incapacidad de procrear no es voluntaria, por lo que permanece el significado procreativo aunque la función procreativa no sea posible. La “Humanae Vitae” y la teología del cuerpo en Juan Pablo II

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