Koinonía 2008-2009
74 Vivir en conformidad con la “Humanae Vitae” y la teología del cuerpo es difícil sencillamente como es difícil ser cristiano. Si pretendiéramos hacerlo solos no vamos a llegar nunca. Pero contamos con Cristo, contamos con la gracia. Con Cristo, siguiéndolo a Él, viviendo con Él, formando una comunidad con Él –esto es la Iglesia–, todo lo anterior deja de ser sólo una bonita teoría y puede convertirse en vida. Cristo continúa ofreciéndose a Sí Mismo como don. Aceptando este don y dándonos a Cristo es como todos podemos satisfacer nuestra vocación al amor nupcial. Para esto Cristo vino a nosotros, para restaurar el sentido original inscrito en nuestro cuerpo con respecto al amor: es lo que llamamos Redención. Termino con una cita de la primera encíclica de Juan Pablo II: “Cristo Redentor revela plenamente el hombre al mismo hombre”. 56 Cristo nos ha revelado qué significa ser humanos; Él nos dice que es posible vivir así y esta forma de vida nos revela la belleza de la persona, del matrimonio, de la familia, y nos conduce a la felicidad. Esta es la Buena Noticia del Evangelio. [Conferencia dada en la PUCPR el 12 de noviembre de 2008] 56 Redemptor hominis, 10.
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