Koinonía 2008-2009

97 la Razón y sin ella no se hizo nada de cuanto ha sido hecho” (Jn 1, 3). Y esa Razón suprema creadora está en el mundo, no sólo dándole la existencia inicial sino alentando también el crecimiento de sus seres. El hombre no es el producto de una suma incalculable de hechos fortuitos sino el resultado de la Razón suprema, querido en sí mismo y por sí mismo, creado para vivir en constante diálogo y amistad con Dios. “Hagamos el hombre a imagen nuestra, según nuestra semejanza, y dominen en los peces del mar, en las aves del cielo, en los ganados y en todas las alimañas y sierpe que serpea sobre la tierra” (Gn 1, 25). Sin la fuerza de la Razón suprema nada existiría, nada por saltos evolutivos se hubiera ido desplegando y originando este maravilloso mundo que nuestros ojos pueden contemplar y gozar. Nunca hubiera existido la materia, ni de la materia hubiera surgido la vida, ni del homínido, el ser humano, con sus grandezas y sus debilidades. De esta manera, el mundo, la vida y el hombre dejan de ser un absurdo, aun cuando sigan guardando en sus entrañas grandes misterios. Pero, e preferible aceptar el misterio, algo que nos supera, antes que quedarse en el absurdo, que es lo irracional, lo ilógico, lo incoherente. Lo racional merece crédito. Termino con unas palabras del papa Benedicto XVI: “Cada hombre es más que el producto de su predisposición genética y del ambiente. Nadie resulta sólo de formas intramundanas calculables. El misterio de la creación se halla en cada uno de nosotros ” 115 . Años antes, en la homilía del día de su instalación en la Sede de Pedro, decía: “Nosotros no somos el producto casual y sin sentido del evolucionismo. Cada uno de nosotros es querido, cada uno de nosotros es amado, cada uno de nosotros es necesario”. [Texto revisado y ampliado de la Conferencia dada en la PUCPR el 30 de abril de 2009] 115 “Creazione ed evoluzione, un convengno con Papa Benedicto XVI, edizione dehoniane, Bologna, 2007, p. 11. De cómo armonizar el relato bíblico de la creación con la teoría evolucionista