Koinonía 2009-2010
Are Rights Always the Rights Answers? 27 los adultos y de las obligaciones de la sociedad y los gobiernos respecto a los niños. De acuerdo con la nueva vertiente, los niños son considerados individuos derechohabiente en sí mismos. Se ha dicho que la Convención de la ONU es una innovación única precisamente porque puede interpretarse que establece la aceptación del niño como individuo y no solo como una persona que necesita cuidado especial y protección. Este documento se enfoca principalmente en los derechos de los niños, no en los padres, encargados o estructuras sociales responsables de ellos. Así por ejemplo, la Convención incluye una cantidad y variedad enorme de derechos, como la libertad de expresión, de información y de religión de los niños, entre otros. “El niño como individuo” es una consecuencia de la intrusión de la idea de la intimidad de la persona en el dominio de la relación familiar. ¿Es esta la manera más apropiada de servir a la niñez? Eso puede ponerse en duda, ya que este nuevo enfoque individualista no toma en consideración la dependencia ontológica de los niños. Los niños viven y progresan en el contexto de relaciones saludables con adultos; fuera de tal contexto relacional no se pueden desarrollar y apenas logran sobrevivir. Por eso los derechos de los niños han sido llamados los “Derechos equivocados” 5 . La primera razón para tal apelativo es que los derechos individuales tienen una estructura adversativa. Los derechos se expresan en reclamaciones “contra otro”, reclamaciones que tienden a romper las relaciones. Reclamar los propios derechos equivale a distanciarse de aquellos contra quien se reclama; es abrir las hostilidades y, en el caso de los niños y sus familiares, es anunciar que los lazos afectivos no aguantan más. Estos derechos se reclaman y ejecutan contra aquellas personas de quienes los niños dependen y ponen en riesgo las relaciones más estrechas que un niño puede tener. Además, los derechos individuales pretenden adelantar la meta de la independencia, la autonomía, la libertad; pero en cuanto se refiere a los niños, la independencia, la autonomía y la libertad no son el resultado de los límites y la separación, sino el fruto de la relación con sus padres o encargados. En el contexto de la crianza de niños, la mejor manera de entender el desarrollo de la autonomía es viéndola como parte de su relación con otros, no en su contra. Aunque suene paradójico, la 5 E. Wolgast, The Grammar of Justice, cit, en 28 ss. considera que los derechos de los pacientes y los derechos de los niños son claramente ejemplos de derechos equivocados.
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