Koinonía 2009-2010

Libertad y “nuevos derechos” 33 ¿A qué se debe esta “explosión de derechos”? ¿Cuáles acontecimientos han provocado una metamorfosis tan profunda en la mentalidad de nuestros países occidentales?, ¿Cuáles son los aspectos principales de estas transformaciones?, ¿Qué cultura sostiene esta aparente ampliación del poder de la libertad individual? Las respuestas a todas estas preguntas implicaría un estudio interdisciplinario mucho más extenso del que podemos ofrecer aquí: en las últimas décadas las sociedades occidentales han experimentado cambios tan radicales a nivel tecnológico, cultural, social, político y religioso, que no pueden ni siquiera ser mencionados en el breve espacio de un artículo. La presente reflexión quiere concentrarse en el intento de establecer una relación significativa entre el fenómeno de la reivindicación de los “nuevos derechos” y algunas características de la concepción del sujeto humano y de su libertad, que se han impuesto en la época contemporánea, denominada más comúnmente “posmoderna”. El ideal de una vida “auténtica” En el siglo XX la cultura del individualismo moderno ha tomado un giro peculiar que Charles Taylor ha llamado “individualismo de la autorrealización” y ha caracterizado de este modo: (…) todo el mundo tiene el derecho a desarrollar su propia forma de vida, fundada en un sentido propio de lo que realmente tiene importancia o tiene valor. Se les pide a las personas que sean fieles a sí mismas y busquen su autorrealización. En qué consiste esto debe, en última instancia, determinarlo cada uno para sí mismo. Ninguna otra persona puede tratar de dictar su contenido. 1 Esta perspectiva ideológica, que exalta el derecho a la “diferencia” y a la “autenticidad”, se ha conjugado con un clima de creciente escepticismo en el campo ético, que por la falta de confianza en una racionalidad que sea algo más que estratégica, sostiene la imposibilidad de identificar una base racional común sobre la cual juzgar los valores y las preferencias de cada grupo o individuo. La justa exigencia de que sea reconocida la igual dignidad de todo ser humano y su derecho a la libre realización de la propia humanidad , se ha identificado con el relativismo ético y, en lugar de intentar una justificación de estos valores, se ha preferido apelar 1 C.Taylor, La ética de la autenticidad , Barcelona: Paidós, 1994, pp. 49-50.

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