Koinonía 2009-2010

Juan Pablo II vaticinó la crisis financiera 50 lleva a preguntarse respecto de los criterios de valor que deben orientar las opciones de los agentes, incluso más allá de las exigencias de funcionamiento de los mercados. El rol central del hombre en el funcionamiento de la actividad económica -y en este caso particular la actividad financiera- si bien acepta las exigencias que implica la actividad de los mercados, le lleva naturalmente a enfatizar la importancia de las acciones humanas en él. Propuestas orientadoras Por eso sus consejos prevén como criterios de política que un primer paso corresponde a los mismos agentes, que podrían dedicarse a elaborar códigos éticos o de comportamiento, vinculantes para este sector. Seguidamente los responsables de la comunidad internacional están llamados, asimismo, a adoptar instrumentos jurídicos idóneos para afrontar las situaciones cruciales. El Papa no comparte la visión mecanicista del funcionamiento de la economía, sino que reconoce que tras ella se ocultan personas e intereses, que accionan a favor de algunos y en detrimento de otros. Además aprecia las dificultades que gravitan para un sector muy expuesto a la especulación. Esta situación merece particular advertencia en el proceso de globalización de los mercados, pues los que aparecen al principio como factores de progreso pueden producir…consecuencias ambivalentes o decididamente negativas en perjuicio de los más pobres. Nuevamente, la constatación de la interdependencia de las personas, sociedades y actividades, siendo una oportunidad de progreso, requiere también de normas de comportamiento y de una justicia global que se corresponda con las responsabilidades en juego: el control de las actividades no puede entonces quedar librado al dictamen de mecanismos que escapen del control humano. Fundamentos éticos Las razones que justifican la intervención papal en los temas económico- financieros, tienen una motivación general: la tutela de los hombres, y particularmente de los más pobres.