Koinonía 2009-2010

Debates 68 Perdónennos Giuseppe Zaffaroni En medio del escándalo por los abusos sexuales de algunos sacerdotes, la conciencia del cristiano, aunque dolida y contrita, sigue llena de gratitud y de amor hacia la Madre que le ha engendrado a la Vida y permite que esta Vida se renueve todos los días en los sacramentos del amor y de la misericordia ¿Se puede pedir a un niño que deje de contemplar extasiado la cara de su mamá y que, apretándola entre sus pequeñas manos, diga: “Eres la mamá más bella y más buena del mundo?". ¿Se puede impedir a un niño esta relación llena de confianza y abandono, a causa de los límites, errores y pecados que la misma mamá sabe y re- conoce perfectamente en ella misma? No, nadie lo pretendería. Porque aunque su mamá tenga un mar de defectos y una moralidad dudosa, es evidente que a aquella mujer, el niño le debe todo: la vida, el cuidado, el afecto, la posibilidad de decir yo. En definitiva, le debe todo lo que es. Perdónennos, entonces, también a nosotros los católicos. Los periódicos, la televisión, la radio, Internet, podrán seguir publicando noticias verdaderas, dudosas o falsas sobre los abusos sexuales y otros terribles males y defectos que aquejan a la Iglesia Católica. Podrán echar todavía más lodo de lo que ya han echado sobre los sacerdotes, los obispos y el Papa. Podrán hacer parecer desvergonzada todavía más a nuestra Madre. Nos duele, porque sabemos, además, que algunas de las cosas que se dicen de ella son verdaderas. Pero, por favor, que nadie pretenda que dejemos de contemplar extasiados su rostro y que, apretándolo entre nuestras manos, digamos: "Eres la mamá más bella y más buena del mundo". Porque en ella hemos encontrado lo que nadie ha podido darnos: el abrazo misericordioso de Dios a nuestra humanidad enferma, herida y pecadora. Este mundo de gente escandalizada, perfecta, sin mancha ni Giuseppe Zaffaroni es Director del Instituto de Doctrina Social de la Iglesia y profesor de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico