Koinonía 2010-2011

¿Más libres o más esclavos? Giuseppe Zaffaroni La discusión acerca del proyecto de Ley del Senado 1568: una buena ocasión para preguntarse a qué puede llevar la legalización del comercio de óvulos y del alquiler de vientre. La reducción del cuerpo humano a objeto de compra-venta avanza disfrazada de humanitarismo y buenas intenciones. En estos últimos días se ha escrito mucho en contra del P. del S. 1568 presentado por la senadora Lucy Arce. En realidad, ¿qué propone este proyecto? La medida prohíbe cuatro cosas: La compraventa de óvulos y espermatozoides; el alquiler del vientre con fines de lucro; que se procreen niños que no puedan conocer la identidad de su padre y madre biológicos (donantes anónimos); que se procreen hijos con óvulos o espermatozoides de personas muertas. Los argumentos fundamentales que se usan para oponerse a este proyecto son que limitaría las libertades individuales y sería fruto de una indebida intromisión de la religión en la vida civil. Asombra la superficialidad con que se está tratando, en este momento, un tema que tiene empeñados a científicos, filósofos y juristas de todo el mundo desde hace veinte años. El problema de la comercialización del cuerpo humano o de sus partes es un asunto serio. Bien lo saben grupos feministas de Estados Unidos que desde hace tiempo conducen una gran lucha en contra de la explotación del cuerpo de las mujeres ( www.handsoffourovaries.com ). Es por ello que las legislaciones de Alemania, Austria, Italia, Noruega y Suiza prohíben la donación de óvulos, mientras en el Reino Unido y en los Países Escandinavos, naciones de lo más liberales, no se permiten donaciones anónimas. No se trata, entonces, de un episodio más del contraste entre fundamentalismo religioso y libertades democráticas laicas. Se trata de saber mirar más allá de un problema particular y Giuseppe Zaffaroni es Director del Instituto de Doctrina Social de la Iglesia y profesor de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico.

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